En su clásico estudio del discurso criollista en Argentina, Adolfo Prieto argumentó que su notable expansión desde fines del siglo XIX fue consecuencia de tres causas concurrentes. El mundo gaucho en desaparición resultaba atractivo (primero) para las clases bajas criollas, como una expresión de nostalgia y de las angustias que traía la experiencia de la modernización; (segundo) para los inmigrantes, como una forma sencilla de sentirse parte de la nación, identificándose con un símbolo de la autenticidad nacional y (tercero) para las élites, como un modo de reclamar precedencia y legitimidad para ellas mismas y de excluir de la nación a los recién llegados que traían con ellos gérmenes de rebelión. Este artículo propone que el criollismo popular desempeñó una cuarta función, que debería listarse junto a las otras tres ya mencionadas. El criollismo resultó atractivo, al menos en parte, por el hecho de que fue uno de los canales a través de los cuales la cultura local pudo aludir a la heterogeneidad étnica de la nación (en particular sus colores no-blancos y sus componentes mestizos), en un contexto en el que los discursos dominantes de la nación se empeñaban por negarla.
In his classic study of the "criollista" discourse in Argentina, Adolfo Prieto argued that its remarkable expansion in the late 19th century was the consequence of three concurring reasons. The fading gaucho world was appealing (firstly) for the criollo lower classes, as an expression of nostalgia and of the anxieties brought about as part of the experience of modernization; (secondly) for the immigrants, as an easy way to feel part of the nation by identifying with a symbol of national authenticity and, (thirdly) for the elites, as a way to claim precedence and legitimacy for themselves by excluding the rebellious newcomers from the nation. It is the contention of this article that popular criollismo played a fourth function, which should be listed alongside the three already mentioned. Criollismo was appealing, at least in part, because it was one of the channels through which local culture managed to allude to the ethnic heterogeneity of the Argentinean people (its non-white and mestizo components in particular), longtime denied by the dominant discourses of the nation.