La hipertensión arterial afecta del 10 al 15 por ciento de la población mundial y las cifras obtenidas en diversos países como Mexico y Peru son muy similares a la cifra global. La frecuencia de aparición del trastorno se incrementa con la edad, hasta los 59 años, para disminuir ulteriormente. En cuanto a los factores externos que parecen influir en su patogenia, se ha señalado la participación de la altura, pero los resultados son contradictorios, pues, contra lo que se piensa, parecería que las personas que viven a poca altura están más propensos a sufrirla, que las que viven en zonas rnontañosas altas. Para controlar la presión arterial se cuenta hoy día con varios fármacos que se usan más bien en combinación, en el llamado tratamiento “escalonado”, y que son la clorotiazida (diurético); los bloqueadores beta-adrenérgicos; los vasodilatadores, el diazóxido, el nitroprusiato sódico y por ultimo, fármacos con acción mixta como el prazosin, que tiene acción vasodilatadora y de bloqueo alfa-adrenérgico. Con todos ellos los clínicos han podido: a) Adaptar la potencia del medicamento a la gravedad del padecimiento; b) Adecuar el tratamiento, según los niveles de renina circulante y hallazgos hemodinámicos de volumen plasmático, gasto cardiaco y resistencia periférica; c) Seguir el esquema “escalonado”; d) Individualizar el tratamiento en cada caso.