RESUMEN En 2020, la International Association for de Study of Pain reconceptualiza el dolor crónico (DC) como experiencia sensorial y emocional desagradable asociada, o similar, a un daño tisular real o potencial añadiendo mayor complejidad y ciertos matices a las definiciones previas, con la finalidad de que esta modificación conduzca a una mejor evaluación, diagnóstico y tratamiento de las personas que sufren DC. De esta nueva definición debemos resaltar que el dolor no es provocado únicamente por una experiencia nociceptiva (sensorial), sino que también abarca la esfera emocional. En este sentido, el dolor crónico de suelo pélvico (DCSP) representa un desafío para los profesionales sanitarios en cuanto al diagnóstico y manejo terapéutico. Las patologías de suelo pélvico, de compleja etiopatogenia, se han asociado con frecuencia con fenómenos psicopatológicos en la aparición, mantenimiento y exacerbación de los síntomas, además de las repercusiones personales, sociales y familiares que pueden determinar un importante deterioro en la calidad de vida de la persona que lo sufre. Se ha realizado una revisión no sistemática de carácter narrativo en Pubmed, Scholar Google y búsqueda manual desde 2012 hasta 2022. Se analiza la experiencia de dolor de suelo pélvico desde la dimensión psicológica (experiencias adversas en la infancia, abuso y violencia; estrés y ansiedad, catastrofismo y depresión; kinesofobia, autoestima y personalidad; funcionamiento sexual) y la dimensión sociocultural (estigma, sesgos de género, apoyo social, limitaciones laborales y económicas). Se incorporan también aquellas variables emocionales positivas que han sido consideradas como moduladoras de la percepción dolorosa, como la resiliencia, la autoeficacia percibida y la empatía.
ABSTRACT In 2020 the International Association for the Study of Pain reconceptualized chronic pain as an unpleasant sensory and emotional experience associated or similar to actual or potential tissue damage, adding greater complexity and certain nuances to the previous definitions, with the aim that this modification will lead to a better assessment and diagnosis and treatment of people suffering from CD. From this new definition, we must emphasize that pain is not only caused by a nociceptive (sensory) experience, but also encompasses the emotional sphere. In this sense, Chronic Pelvic Floor Pain (hereafter referred to as CPP) represents a challenge for healthcare professionals in terms of diagnosis and therapeutic management. Pelvic floor pathologies, of complex etiopathogenesis, have been frequently associated with psychopathological phenomena in the onset, maintenance and exacerbation of symptoms in addition to the personal, social and family repercussions that can determine a significant deterioration in the quality of life of the sufferer. A non-systematic narrative review has been performed in Pubmed, Scholar Google and manual search from 2012 to 2022. The experience of pelvic floor pain is analyzed from the psychological dimension (adverse childhood experiences, abuse and violence; stress and anxiety, catastrophizing and depression; kinesophobia, self-esteem and personality; sexual functioning) and the sociocultural dimension (stigma, gender bias, social support, labor and economic limitations). Positive emotional variables that have been considered as modulators of pain perception, such as resilience, perceived self-efficacy and empathy, are also incorporated.