Introducción
La comisión del Lancet Oncology, integrada por médicos e investigadores de atención
primaria (AP), sobre la base de la evidencia científica y argumentos amplios y exhaustivos,
ha elaborado un informe sobre la importancia cada vez mayor de la AP en el control
del cáncer, desde la prevención hasta el seguimiento después del tratamiento, o en
la atención de final de vida
1
.
El informe de la comisión señala la necesidad de modelos de atención integrados, coordinados
y acordados entre niveles asistenciales
1
. En la figura 1 se presenta, a modo de ejemplo, el modelo compartido propuesto por
el Cancer Care Manitoba de Canadá
2
. Destaca la influencia de los profesionales de AP en facilitar estrategias de prevención
dirigidas a modificar los estilos de vida y factores de riesgo de cáncer conocidos
1
. También señala que, cuando los médicos de familia se involucran en los programas
de cribado, las tasas de participación aumentan
1
. Otro elemento en el que incide el informe es en que, para conseguir un diagnóstico
de cáncer más precoz, el médico de familia debe tener un mejor acceso a las pruebas
diagnósticas y disponer de herramientas de apoyo a las decisiones clínicas a través
de la historia clínica informatizada
1
. Asimismo, apunta la necesidad de ofrecer una atención holística integral que cubra
las consecuencias físicas y psicológicas de las personas que han sobrevivido al cáncer
1
.
Figura 1
Modelo compartido entre atención primaria y oncología. Adaptada del Cancer Care Manitoba.
UPCON - Uniting Primary Care and Oncology. Disponible en: http://www.cancercare.mb.ca/home/health_care_professionals/information_for_health_care_professionals/upcon
En este artículo, el grupo de Prevención del Cáncer del Programa de Prevención y Promoción
de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC)
3
actualiza las evidencias y recomendaciones sobre prevención y detección precoz del
cáncer en población de riesgo medio y de riesgo elevado. Para clasificar la calidad
de la evidencia y la fuerza de las recomendaciones, se ha utilizado el sistema GRADE
(Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation)
4
,
5
.
Magnitud del problema del cáncer
El cáncer constituye uno de los problemas de salud más relevantes del ámbito mundial
6
. En España, en el año 2015, el número total de nuevos casos de cáncer invasivo fue
de 247.771, 148.827 en varones (tasa estandarizada por población europea de 482,7
casos por cada 100.000) y 98.944 en mujeres (284,5 casos por cada 100.000) (tabla
1)
7
. Estas tasas, comparadas con los países europeos y en el ámbito mundial, se sitúan
en una posición intermedia-baja
6
. En su conjunto, los 5 cánceres más comunes son: colorrectal (CCR) (41.441), próstata
(33.370), pulmón (28.347), mama (27.747) y vejiga urinaria (21.093)
7
(tabla 1). Las tasas de incidencia han aumentado de 334 por 100.000 en 1993 a 379
por 100.000 en 2007. Las tasas estimadas para 2015 se mantienen similares a las de
2007 (384 por 100.000)
7
Tabla 1
Incidencia estimada y mortalidad por cáncer en España, 2015
Tipo de cáncer
Varones
Mujeres
Incidencia
Mortalidad
Incidencia
Mortalidad
n
Tasas
n
Tasas
n
Tasas
n
Tasas
Cavidad oral y nasofaringe
4.980
17,4
1.732
5,86
1.690
4,7
589
1.4
Esófago
1.979
6.7
1.622
5,36
379
1
304
0,75
Estómago
5.150
16,2
3.326
9,89
3.306
8
2.175
4,73
Colon
15.808
49
6.661
19,1
11.927
29,7
4.853
9,94
Recto
8.956
28,8
2.424
7,2
4.750
12,4
1.426
3,02
Hígado
4.252
14,1
3.447
10,83
1.610
3,7
1.589
3.35
Vejiga biliar
1.104
3,3
605
1,71
1.009
2,1
743
1,46
Páncreas
3.513
11.3
3.307
10,41
3.401
7,9
3.091
6,95
Laringe
3.426
12,1
1.227
3,91
299
1
85
0,27
Pulmón
22.430
74,1
17.229
54,79
5.917
17,9
4.350
12,52
Melanoma
2.577
8,6
572
1,79
2.313
7,3
503
1,29
Mama
-
-
-
27.747
88,3
6.211
15,71
Cuello del útero
-
-
-
-
2.399
8,2
659
1,96
Cuerpo del útero
-
-
-
-
6.160
18,7
1.168
2,62
Ovario
-
-
-
-
3.228
9,9
2.114
5,6
Próstata
33.370
103,4
5.746
14,57
-
-
-
-
Testículo
974
4,3
43
0,16
-
-
-
-
Riñon
3.590
12,2
2.413
7,26
1.989
5,7
904
1,94
Vejiga urinaria
17.439
55,7
3.857
10,46
3.654
9
938
1,71
Cerebro y sistema nervioso
2.332
8,3
1.603
5,58
1.710
5,2
1.279
3,66
Tiroides
865
3,2
132
0,4
2.442
8,8
205
0,43
Linfoma de Hodgkin
943
4
122
0,38
646
2,6
99
0,23
Linfoma no hodgkiniano
4.190
14,3
1.462
4,36
3.480
9,7
1.231
2,59
Mieloma múltiple
1.489
4,6
921
2,58
1.240
3
890
1,8
Leucemia
3.782
12,6
1.993
5,82
2.736
7,5
1.580
3,48
Todos menos piel
148.827
482,7
65.367
197,41
98.944
284,5
41.632
97,22
Tasas ajustadas por población estándar europea por 100.000.
Fuentes: Galceran J, et al, 2017; INE, estadísticas mortalidad 2015. Dsiponible en:
http://www.ine.es/
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en España (106.999 defunciones
en el año 2015)
8
Por sexo, los tumores malignos fueron la primera causa de muerte en los varones (66.537
muertes con una tasa estandarizada por población europea de 197,41 fallecidos por
cada 100.000) y la segunda causa en mujeres, por detrás de las enfermedades cardiovasculares
(41.632 muertes, con una tasa de 97,22 fallecidas por cada 100.000)
8
(tabla 2). En su conjunto, los 5 cánceres con mayor mortalidad son: pulmón (21.579
casos), CCR (15.364), páncreas (6.398), mama (6.211) y próstata (5.746).
Tabla 2
Supervivencia relativa a 1 y 5 años, estandarizada por edad (intervalo de confianza
[IC] del 95%), para pacientes adultos (> 15 años) diagnosticados de cáncer en España
en el período 2000-2007
Varones
Mujeres
1 año (IC de* 95%)
5 años (IC del 95%)
1 año (IC del 95%)
5 años (IC del 95%)
Cavidad oral y nasofaringe
68,9 (66,9-71,0)
34,6 (32,3-37,1)
77,3 (74,1-80,7)
53,1 (48,9-57,7)
Esófago
37,6 (35,1-40,3)
9,0(7,4-11,0)
43,7 (37,4-51,0)
nd
Estómago
48,3 (46,7-49,9)
24,2 (22,7-25,8)
51,5 (49,3-53,8)
28,3 (26,2-30,6)
Colon
77,2 (76,2-78,1)
56,6 (55,2-57,9)
78,0 (76,9-79,1)
58,1 (56,7-59,6)
Recto
81,3 (80,1-82,5)
56,1 (54,4-57,8)
81,1 (79,6-82,5)
56,9 (54,8-59,0)
Hígado
40,3 (38,3-42,3)
14,5 (12,9-16,2)
38,8 (35,4-42,5)
15,0(12,2-18,3)
Vejiga biliar
45,0 (41,1-49,1)
20,2 (16,9-24,3)
35,2(31,6-39,3)
nd
Páncreas
22,7 (20,9-24,8)
5,2 (4,2-6,5)
24,6 (22,3-27,1)
7,0 (5,5-8,8)
Laringe
84,2 (82,6-85,8)
59,5 (57,1-61,9)
79,8 (70,8-90,0)
69,2 (58,2-82,3)
Pulmón
37,0 (36,2-37,8)
10,1 (9,5-10,6)
42,1 (40,0-44,4)
14,7(13,1-16,6)
Melanoma
94,4 (93,0-95,8)
79,1 (76,4-81,8)
97,4 (96,6-98,3)
88,9 (87,1-90,8)
Mama
-
-
95,1 (94,7-95,6)
82,8 (81,9-83,6)
Cuello del útero
-
-
85,9 (84,0-87,8)
63,9(61,2-66,7)
Cuerpo del útero
-
-
89,0 (87,9-90,1)
74,4 (72,7-76,2)
Ovario
-
-
69,6 (67,7-71,6)
36,8 (34,7-39,0)
Próstata
95,0 (94,6-95,5)
84,6 (83,6-85,6)
-
-
Testículo
92,2 (86,5-98,3)
nd
-
-
Riñon
74,6 (72,9-76,3)
57,5 (55,3-59,8)
76,0 (73,7-78,4)
59,4 (56,5-62,5)
Vejiga urinaria
87,1 (86,4-87,8)
70,3 (69,1-71,5)
86,1 (84,4-87,8)
70,8 (68,1-73,6)
Cerebro, sistema nervioso
39,5 (37,0-42,1)
17,2 (15,1-19,7)
41,1 (38,4-44,1)
17,8 (15,4-20,7)
Tiroides
85,4 (81,4-89,6)
75,6 (70,3-81,4)
92,4 (90,6-94,3)
86,8 (84,4-89,3)
Linfoma de Hodgkin
87,8 (85,0-90,7)
78,7 (75,0-82,5)
95,0 (92,5-97,7)
86,1 (82,0-90,5)
Linfoma no hodgkiniano
76,2 (74,6-77,8)
58,2 (56,1-60,4)
78,6 (77,0-80,2)
63,3(61,2-65,4)
Mieloma
71,4 (68,4-74,5)
34,2 (33,9-37,9)
74,8 (74,0-77,8)
38,7 (34,9-42,9)
Leucemia linfoide crónica
91,1 (89,0-93,2)
73,1 (69,4-77,1)
93,4 (91,1-95,7)
75,6 (71,2-80,2)
Leucemia linfoide aguda
57,9 (50,4-66,5)
40,3(32,6-49,7)
46,4 (37,6-57,4)
27,6 (19,8-98,4)
Leucemia mieloide aguda
34,9 (31,3-39,1)
17,5(14,4-21,3)
37,1 (32,9-41,9)
21,4(17,7-25,8)
Leucemia mieloide crónica
80,2 (73,8-87,2)
54,4 (46,4-63,7)
78,3 (72,5-84,6)
59,6 (51,7-68,8)
Todos menos piel
68,9 (68,6-69,2)
48,9 (48,5-49,3)
75,0 (74,6-75,3)
58,0 (57,5-58,4)
nd: no dispaiible.
Fuente: referencia 9.
Las estimaciones de supervivencia relativa de cáncer en España para los diferentes
tumores, según los resultados del estudio EUROCARE-5 (Survival of cancer patients
in Europe) en los pacientes mayores de 15 años diagnosticados de cáncer en España
en 2000-2007, se presentan en la tabla 2. La supervivencia a 1 año se estima del 68,9%
(intervalo de confianza [IC] del 95%, 68,6-69,2%) en los varones y del 75,0% (IC del
95%, 74,6-75,3%) en mujeres. La supervivencia a 5 años es del 48,9% (IC del 95%, 48,5-49,3%)
y el 58,0% (IC del 95%, 57,5-58,4%), respectivamente
9
.
Prevención primaria
El cáncer es una enfermedad multifactorial debida al efecto combinado de factores
genéticos y factores externos (estilos de vida y ambientales). El tabaco es la principal
causa de cáncer y de muerte por cáncer10,11. La dieta, incluido el consumo de alcohol,
el control del peso y la actividad física, puede prevenir un tercio de los cánceres
más comunes
12
. Asimismo, en grupos de población específica, son factores de riesgo destacables:
la exposición a carcinógenos ocupacionales, la contaminación atmosférica, los agentes
infecciosos, aspectos de la vida sexual y reproductiva y el nivel socioeconómico.
Las desigualdades socioeconómicas influyen, sin duda, en la adopción de estilos de
vida saludables. En la tabla 3 se pueden consultar los factores de riesgo asociados
de forma más significativa a los diferentes cánceres.
Tabla 3
Factores de riesgo para los cánceres más comunes
Tipo
Factores de riesgo
Colorrectal
Portadores de las mutaciones del síndrome de Lynch o de síndromes de poliposis familiar
Colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn Poliposis colónica (adenomas, pólipos serrados)
Obesidad Sedentarismo Dieta (carne procesada y roja) Tabaquismo Alcohol Edad > 50
años
Pulmón
Tabaco Fibrosis pulmonar, sarcoidosis, esclerodermia, TBC, EPOC Radioterapia de mama
o pulmón previa Exposición ambiental al humo del tabaco, radón, arsénico, amianto
Exposición laboral al cromo, berilio, cadmio, níquel, hidrocarburos aromáticos policíclicos
Edad > 40 años
Melanoma
Antecedente personal o familiar de melanoma Piel y ojos claros, pelo rubio o pelirrojo
Quemaduras solares en la infancia Exposición solar acumulada Bronceado con rayos UVA
Nevus displásicos Tratamientos inmunosupresores
Mama
Portadores de la mutación del síndrome mama/ovario hereditario (BRCA) Radioterapia
previa de la mama Obesidad Sedentarismo Alcoholismo Primer embarazo > 30 años, nuliparidad,
no lactancia THS > 5 años Sexo femenino Edad > 50 años
Ovario
Portadora de la mutación del síndrome mama/ovario hereditario (BRCA) o del síndrome
de Lynch Tabaco (carcinoma mucinoso) Menarquia precoz, menopausia tardía, nuliparidad,
infertilidad, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico, no lactancia THS > 5
años Edad > 50 años
Cuello uterino
Infección persistente VPH-AR Portadora del VIH, tratamiento inmunosupresor Tratamiento
previo de HSIL o CCU Tabaco Multiparidad, anticoncepción oral, ETS (Chlamydia, VHS)
Ausencia de cribado o cribado inadecuado Nivel socioeconómico bajo Edad > 30 años
Endometrio
Portadora de la mutación del síndrome de Lynch Tratamiento con tamoxifeno (por cáncer
de mama previo) Hiperplasia endometrial Obesidad Diabetes tipo 2 THS sin progestágenos,
nuliparidad, infertilidad, síndrome de ovario poliquiìstico Edad > 55 años
Próstata
Portador de la mutación del síndrome mama/ovario (BRCA2) Antecedente familiar de primer
grado de cáncer próstata Africanos y caribeños Exposición a andrógenos Dieta rica
en grasas animales (carne roja y lácteos) Sedentarismo Edad > 50 años
Tiroides
Portadores de mutaciones del síndrome del carcinoma medular de tiroides familiar,
síndrome de neoplasia endocrina múltiple Exposición a radiaciones ionizantes (terapéuticas
o diagnósticas) en infancia Obesidad, diabetes Sexo femenino Edad 25-65 años
CCU: cáncer de cuello uterino; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; ETS:
enfermedades de trasmisión sexual; HSIL: lesión escamosa intraepitelial de alto grado;
TBC: tuberculosis; THS: tratamiento hormonal sustitutivo; VHS: virus del herpes simple;
VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; VPH-AR: virus del papiloma humano de alto
riesgo.
En la tabla 4 se describen las recomendaciones del World Cancer Research Fund (WCRF)
internacional en relación con la dieta, la alimentación, el peso y el ejercicio físico,
para reducir el riesgo de cáncer y aumentar la supervivencia del cáncer
12
. Las intervenciones dirigidas a la reducción del riesgo disminuyen también el riesgo
de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades asociadas a estos mismos factores
de riesgo. El Código Europeo Contra el Cáncer
13
hace énfasis en las recomendaciones de prevención primaria del cáncer para la población
europea (tabla 5).
Tabla 4
Recomendaciones para reducir el riesgo de cáncer y aumentar la supervivencia del World
Cancer Research Fund (WCRF)
Mantener el peso corporal dentro de los márgenes normales, con un índice de masa corporal
con variación entre 21 y 23. Evitar el incremento de peso y el aumento de la circunferencia
de la cintura durante la vida adulta
Realizar actividad física de intensidad moderada, equivalente a una caminata enérgica
durante al menos 30 min diarios
Limitar el consumo de alimentos que aportan más energía (alimentos con alto contenido
de grasas y/o azúcares añadidos y/o bajos en fibra). Evitar las bebidas azucaradas
y consumir con moderación o evitar las “comidas rápidas”
Consumir más frutas y verduras (5 porciones al día), cereales integrales o legumbres
en cada comida. Limitar los alimentos ricos en almidón refinados
Limitar la carne roja (de res, cerdo, cordero) y evitar el consumo de carne procesada
(conservada mediante el ahumado, el curado o la salazón, o la adición de conservantes
químicos)
Lo mejor es no beber alcohol, y, en caso de beber, limitar el consumo
Consumir menos de 6 g de sal por día
No consumir suplementos dietéticos
Lactancia materna exclusivamente hasta los 6 meses y, a partir de entonces, continuar
con la alimentación complementaria
Todas las personas que sobreviven a un cáncer han de recibir atención nutricional
y, a menos que se indique lo contrario, seguir las recomendaciones acerca de la dieta,
peso saludable y actividad física
Adaptada de referencia 12.
Tabla 5
Código Europeo Contra el Cáncer. Doce formas de reducir el riesgo de cáncer
1. No fume. No consuma ningún tipo de tabaco
2. Haga de su casa un hogar sin humo. Apoye las políticas antitabaco en su lugar de
trabajo
3. Mantenga un peso saludable
4. Haga ejercicio a diario. Limite el tiempo que pasa sentado
5. Coma saludablemente:
a. Consuma gran cantidad de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras
b. Limite los alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar o grasa) y evite las bebidas
azucaradas
c. Evite la carne procesada; limite el consumo de carne roja y de alimentos con mucha
sal
6. Limite el consumo de alcohol, aunque lo mejor para la prevención del cáncer es
evitar las bebidas alcohólicas
7. Evite una exposición excesiva al sol, sobre todo en niños. Utilice protección solar.
No use cabinas de rayos UVA
8. En el trabajo, protéjase de las sustancias cancerígenas cumpliendo las instrucciones
de la normativa de protección de la salud y seguridad laboral
9. Averigüe si está expuesto a la radiación procedente de altos niveles naturales
de radón en su domicilio y tome medidas para reducirlos
10. Para las mujeres:
a. La lactancia materna reduce el riesgo de cáncer en la madre. Si puede, amamante
a su bebé
b. La THS aumenta el riesgo de determinados tipos de cáncer, limítela. Limite el tratamiento
con THS
11. Asegúrese de que sus hijos participan en programas de vacunación frente a:
a. La hepatitis B (los recién nacidos)
b. El VPH (las niñas)
12. Participe en programas organizados de cribado del cáncer:
a. Colorrectal (varones y mujeres)
b. De mama (mujeres)
c. Cervicouterino (mujeres)
THS: terapia hormonal substitutiva; VPH: virus del papiloma humano.
Fuente: referencia 13.
La AP es el nivel asistencial mejor ubicado para recomendar intervenciones de prevención
primaria del cáncer, ya que brinda acceso y cobertura universales. Las intervenciones
breves en la consulta para disminuir el consumo de riesgo de alcohol o el abandono
del tabaco son efectivas para cambiar las conductas de salud de los pacientes y también
pueden mejorar las conductas dietéticas a corto plazo, aunque la evidencia del cambio
de comportamiento a largo plazo es limitada. Las intervenciones sobre el estilo de
vida se pueden consultar en las recomendaciones del grupo de expertos del PAPPS sobre
estilo de vida
14
. Los profesionales de AP deben gestionar su consulta para que estas intervenciones
se puedan realizar de manera eficiente dentro del contexto de una práctica clínica
con excesiva demanda.
Prevención secundaria
El objetivo del cribado es detectar el cáncer antes de que se manifieste clínicamente,
con la finalidad de poder ofrecer un tratamiento precoz y aportar beneficios a las
personas en términos de reducción de la mortalidad y aumento de la calidad de vida
15
. Sin embargo, el cribado no está exento de riesgos, principalmente falsos positivos
y exposición a pruebas adicionales innecesarias, falsos negativos (falsa seguridad),
sobrediagnóstico y sobretratamiento de lesiones indolentes. La decisión informada
del paciente sobre la realización de un cribado debe incluir información sobre los
beneficios y los riesgos. Los valores y preferencias personales son clave a la hora
de tomar una decisión. Asimismo, el coste de los cribados no debería ser una carga
onerosa para el sistema de salud
15
.
El sobrediagnóstico es un término reciente, definido como el diagnóstico de una condición/enfermedad
que nunca causaría síntomas en la vida de la persona
16
,
17
. La enfermedad se detecta correctamente, pero el diagnóstico es irrelevante. El sobrediagnóstico
del cáncer es consecuencia de la no progresión tumoral o bien de la mortalidad competitiva
debida a otras causas (el paciente morirá a consecuencia de otra enfermedad antes
de que el cáncer haya causado sín- tomas)
16
,
17
. El sobrediagnóstico del cáncer convierte a personas asintomáticas, en principio
sanas, en enfermas (etiquetadas de por vida), conduce a tratamientos innecesarios
(intervención quirúrgica, quimioterapia, radioterapia, tratamientos sustitutivos)
que, al no aportar ningún beneficio a la salud, solo causan daño físico y psicosocial
(efectos secundarios a corto, medio y largo plazo)
16
,
17
.
Es necesario diferenciar los cribados de base poblacional dirigidos a la población
de riesgo medio de los cribados oportunistas (case-finding). En diciembre de 2003,
el Consejo Europeo aprobó la recomendación del cribado poblacional del cáncer de mama,
CCR y de cuello de útero para la población de riesgo medio de sus estados miembros
18
. Estos 3 cribados son los recomendados en el Código Europeo Contra el Cáncer (tabla
5)
13
, contemplados en la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud (SNS)
19
e incluidos en la cartera de servicios como prestación básica del SNS
20
. Cada comunidad autónoma debe garantizar la estricta calidad de todos los procesos
y la evaluación de los programas de cribado poblacional de forma global.
Los cribados oportunistas son los que se solicitan y/o se realizan en la consulta,
a iniciativa del profesional o a petición del paciente, y van dirigidos a personas
de riesgo medio y de riesgo elevado
15
.
Cualquier estrategia y modalidad de cribado requiere informar a las personas sobre
el balance entre beneficios y riesgos, tener en cuenta las preferencias del paciente,
y garantizar la calidad de las pruebas de cribado y la accesibilidad a las pruebas
de confirmación diagnóstica en un plazo de tiempo adecuado.
Clasificación del riesgo de cáncer
El cáncer aparece como consecuencia de mutaciones en los genes de las células que
controlan el crecimiento y la diferenciación celular. Las mutaciones que afectan a
las células somáticas son el resultado del envejecimiento celular (cuantas más divisiones
celulares, mayor posibilidad de errores aleatorios en las copias) y de la exposición
a carcinógenos ambientales (epigenética). Por tanto, el riesgo de cáncer aumenta con
la edad. En la mayoría de los cánceres, el riesgo aumenta a partir de los 50 años.
En una pequeña proporción de casos (15%), las mutaciones afectan a las células germinales
(óvulos y espermatozoides). Los portadores de determinadas mutaciones tienen un riesgo
elevado de desarrollar distintos tipos de cáncer a lo largo de la vida. En la mayoría
de casos, las mutaciones se transmiten de padres a hijos siguiendo un patrón autosómico
dominante (un solo gen heredado de cualquiera de los padres es suficiente para causar
la predisposición, cada hijo tiene un 50% de posibilidades de heredar la mutación).
En estos casos, la edad de presentación del cáncer es más precoz. El conocimiento
de la historia familiar permite identificar a los individuos con un posible síndrome
hereditario de predisposición al cáncer, en cuyo caso habrán de ser dirigidos a unidades
de consejo genético para, en caso necesario, realizar el test genético, asesorar y
recomendar vigilancia específica a los portadores (cribados en población de alto riesgo)
15
.
Por otro lado, existen ciertos factores de riesgo con un peso específico para el desarrollo
de determinados cánceres (tabla 3). A modo de ejemplos, el tabaco en el cáncer de
pulmón, el virus del papiloma humano (VPH) en el cáncer de cuello de útero (CCU),
las enfermedades inflamatorias intestinales en el CCR. Sin embargo, los factores de
riesgo relacionados con el estilo de vida, como la dieta, la actividad física, el
sobrepeso o los relacionados con factores hormonales y reproductivos, aunque su asociación
está bien establecida, tienen una utilidad limitada para la predicción del riesgo
individual.
A nivel práctico, la clasificación según el riesgo individual de cáncer se basa en
la edad, los antecedentes personales y los antecedentes familiares. Ello permite clasificar
al sujeto en 3 categorías: riesgo bajo (< 50 años, sin antecedentes personales de
cáncer, enfermedades predisponentes, ni antecedentes familiares), riesgo medio (≥
50 años, sin antecedentes personales de cáncer, enfermedades predisponentes, ni antecedentes
familiares) y riesgo elevado (cualquier edad, con antecedentes personales de cáncer
o enfermedades predisponentes o antecedentes familiares). El valor predictivo positivo
(VPP) de las pruebas de cribado y diagnósticas varía en función de la categoría de
riesgo.
Detección temprana de signos y síntomas de cáncer
La gran mayoría de los cánceres se diagnostican en fase sintomática. En nuestro medio,
la AP es la vía de acceso a la atención especializada (AE). La oportunidad de realizar
una detección temprana de cáncer en AP depende básicamente de la posibilidad de acortar
2 intervalos de tiempo: a) intervalo paciente o tiempo transcurrido entre el inicio
del primer síntoma y la primera consulta al profesional de AP, y b) intervalo de AP
o tiempo transcurrido entre la primera consulta y la derivación a la AE para confirmación
diagnóstica
21
.
Una encuesta realizada en Reino Unido reveló que el 23% de los pacientes con diagnóstico
de cáncer y síntomas de sospecha informó de que había visitado a su médico de AP 3
o más veces antes de ser derivados al hospital
22
. Los signos y síntomas iniciales del cáncer habitualmente son inespecíficos y compatibles
con otros diagnósticos diferentes al cáncer. El VPP de estos es bajo, dada la baja
prevalencia del cáncer en las consultas de AP. Un médico de AP, en 1 año, verá muy
pocos nuevos casos de cáncer (5-7 casos); puede pasar años, incluso toda una vida
laboral, sin llegar a ver determinados cánceres poco frecuentes. Quizá, el principal
reto para el médico de familia es no pensar siempre en el cáncer, ser capaz de convivir
con la incertidumbre y evitar intervenciones innecesarias o inapropiadas
23
.
En pacientes sintomáticos, la clasificación del riesgo individual en bajo, medio y
alto riesgo es imprescindible para la toma de decisiones. La presencia de síntomas
persistentes, progresivos o asociados entre ellos aumenta el VPP. Un VPP ≥ 5% (1:20)
se considera suficiente para iniciar el proceso diagnóstico
24
. En la tabla 6 se describen los signos y síntomas con mayor VPP para los cánceres
más comunes y las recomendaciones adecuadas en cada caso
25
. La accesibilidad a las pruebas diagnósticas y el acceso a la AE condicionan claramente
la duración del intervalo de AP.
Tabla 6
Signos y síntomas con mayor valor predictivo positivo para distintos tipos de cáncer
y recomendaciones
Tipo
Signos y síntomas
Recomendación
Colorrectal
Rectorragia más: • Cambio de hábito intestinal (aumento de frecuencia y disminución
de consistencia) • Moco en heces • Ausencia de síntomas anales (prurito, escozor,
dolor) Anemia ferropénica en > 60 años: < 12 g/dl varones y < 11 g/dl mujeres SOH+
Cambio del ritmo intestinal de > 3 meses Masa abdominal o rectal palpable Oclusión
intestinal Pérdida de peso y dolor abdominal
Masa abdominal o rectal palpable y oclusión intestinal, derivación urgente. En el
resto, colonoscopia antes de 2 semanas
Pulmón
Hemoptisis Persistencia (> 3 semanas) de: • Dolor torácico • Cambios en la tos y/o
expectoración • Disfonía • Disnea Neumonía de lenta resolución o de repetición Acropaquia,
trombocitosis Adenopatía supraclavicular o cervical Síndrome tóxico acompañado de
cualquiera de los anteriores síntomas Estridor laríngeo Signos de compresión de la
vena cava superior
Si la radiografía es sospechosa o hay hemoptisis en > 40 años, broncoscopia antes
de 2 semanas
Melanoma
Cambio del tamaño, forma o color, ulceración de un nevus • Asimetría • Bordes irregulares
• Color no uniforme • Diámetro > 7 mm de crecimiento rápido
Si dermatoscopia sugestiva, resección quirúrgica antes de 2 semanas
Mama
Nódulo mamario con o sin dolor Adenopatía axilar unilateral Retracción pezón y cambios
forma de la mama Telorrea/telorragia unilateral Edema, eritema, celulitis, ulceración
Mamografía o ecografía (jóvenes) antes de 2 semanas
Ovario
Persistencia (> 3 semanas) o frecuencia (> 12 veces al mes) de ≥ 1 síntomas: • Dolor
abdominal o pélvico • Saciedad precoz o pérdida de apetito • Hinchazón o distensión
abdominal • Urgencia o frecuencia urinaria (excluyendo otras causas) • Cambio del
ritmo intestinal • Dolor de espalda o costal Hemorragia vaginal anómala Pérdida de
peso, fatiga inexplicada Masa abdominopélvica (no miomas) Ascitis
Ascitis o masa abdominopélvica palpable, derivación urgente En el resto, Ca-125 >
35 y/o ecografía sugestiva, derivación antes de 2 semanas
Cuello
Hemorragia vaginal anormal espontánea o poscoital
Colposcopia y biopsia dirigida antes de
uterino
Secreción vaginal Dolor o presión en zona pelviana
2 semanas
Endometrio
Metrorragia posmenopáusica Secreción vaginal Hematuria Trombocitosis
Ecografía y legrado endometrial antes de 2 semanas
Próstata
Dificultad para iniciar la micción, polaquiuria, disminución de la fuerza, goteo terminal,
nicturia, obstrucción, disuria Hematuria Hemospermia Eyaculación dolorosa Disfunción
eréctil Dolor óseo (metástasis)
Si tacto rectal sospechoso y/o PSA elevado, biopsia transrectal dirigida por ecografía
antes de 2 semanas
Tiroides
Nódulo tiroideo con o sin adenopatía cervical
Ecografía de tiroides + PAAF antes de 2 semanas
PAAF: punción aspiración con aguja fina; PSA: antígeno prostático específico; SOH:
sangre oculta heces. Adaptada de referencia 24.
Los circuitos de diagnóstico rápido (CDR) tienen como objetivo reducir el tiempo entre
la sospecha fundamentada de cáncer, la confirmación diagnóstica y el inicio del tratamiento.
Consisten en establecer vías de acceso específicas y preferentes, desde la AP a la
AE, para pacientes con síntomas con elevado VPP. Actualmente, la mayoría de comunidades
autónomas (CC. AA.) dispone de CDR para los cánceres de mama, pulmón, CCR, próstata
y vejiga urinaria
19
. Reducir la demora atribuible al sistema sanitario (intervalo sistema sanitario)
puede contribuir a reducir la ansiedad que experimenta una persona en estas circunstancias,
a un diagnóstico y tratamiento más tempranos y a la mejora de la calidad de todo el
proceso asistencial.
Recomendaciones de prevención del cáncer
A continuación se presentan las evidencias científicas y los elementos más significativos
que se han tenido en cuenta para asignar la fuerza de la recomendación sobre las intervenciones
de prevención de los cánceres con mayor impacto. En la tabla 7 se describen las variables
de resultado identificadas de las intervenciones de cribado y la puntuación consensuada.
Tabla 7
Puntuación de las variables de resultado en salud identificadas. Sistema GRADE
Pregunta PICO: paciente (persona sana con riesgo medio de padecer un cáncer), intervención
(la prueba de cribado), comparación (nada o la prueba de cribado para comparar), outcomes
(resultados en términos de beneficios y riesgos esperados)
Variables de resultados en salud identificadas
Puntuación de importancia
Mortalidad específica (del propio cáncer cribado)
9
Mortalidad global (mortalidad por cualquier causa)
9
Tasas de cáncer
7
Tasas de detección de lesiones premalignas
7
Sobrediagnóstico (casos que dejados a su evolución natural nunca se hubieran diagnosticado)
9
Sobretratamiento (casos que dejados a su evolución natural nunca se hubieran tratado)
9
Efectos adversos importantes de las pruebas (p. ej., perforaciones en el caso de la
colonoscopia)
9
Puntuación: 7-9, crítico para tomar la decisión; 4-6, importante pero no crítico para
tomar la decisión; 1-3, no importante para tomar la decisión.
Cáncer de mama
El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres. En España se estima que
en 2015 se diagnosticaron 27.747 cánceres de mama, con un incremento en su tenden-
cia
7
. Es el tumor que provoca mayor mortalidad en las mujeres españolas (6.211), aunque
con una tendencia descendente
8
(tabla 1). La supervivencia ha aumentado notablemente en las últimas 2 décadas, y
actualmente se estima del 95,1% al año y del 82,8% a los 5 años (tabla 2)
9
.
La historia familiar es el factor de riesgo más importante y junto con la edad son
factores de riesgo no modificables. La historia familiar incluye los cánceres de agregación
familiar y los síndromes de predisposición hereditaria (5-6% de los cánceres de mama)
26
. Las mutaciones germinales BRCA1 y BRCA2 son las que con más frecuencia se asocian
al síndrome de cáncer de mama/ovario, aunque también se han descrito otros genes que
pueden modificar el riesgo: P53 (síndrome de Li-Fraumeni), PTEN (síndrome de Cowden)
y STK11 (síndrome de Peutz-Jeghers)
26
. Las mutaciones BRCA1 y BRCA2 se heredan de forma autosómica dominante y confieren
un riesgo elevado de cáncer de mama de entre el 55 y el 70% en la mutación BRCA1 y
del 45-70% en la BRCA2
27
. La incidencia aumenta a principios de la edad adulta hasta los 30 a 40 años en las
mujeres portadoras BRCA1 y hasta los 40 a 50 años para las portadoras de BRCA2
27
. El riesgo de padecer cáncer contralateral en portadoras BRCA se estima hasta en
un 63% a los 25 años después del diagnóstico, pero altamente dependiente de la edad
27
.
El riesgo de desarrollar cáncer en las mujeres, tanto las de riesgo elevado (portadoras
de mutaciones BRCA) como las de riesgo medio, puede estar influenciado por diversos
factores exógenos
26
(tabla 3). El riesgo de cáncer de mama en mujeres con mutaciones BRCA es más elevado
en las mujeres obesas, físicamente inactivas durante su adolescencia y nulíparas
28
. Se estima que la actividad física reduce el riesgo en un 25% en las mujeres pre-
y posmenopáusicas, y tiene un gran impacto sobre la incidencia y la mortalidad
29
.
Las mujeres con una predisposición genética conocida para el cáncer de mama (mutaciones
BRCA1 o BRCA2) deben ser remitidas a las unidades de consejo genético y recibir consejo
sobre las diversas opciones preventivas
30
(tabla 8).
Tabla 8
Indicaciones de estudio genético y recomendaciones de prevención en los portadores
de mutación BRCA
•
El estudio genético está indicado en los siguientes casos:
º Mujeres diagnosticadas de cáncer epitelial de ovario, trompas o peritoneo, seroso
de alto grado, independientemente de la edad
º Mujeres diagnosticadas de cáncer de mama triple negativo de 60 años o menos
º Si la mutación se confirma, se recomienda estudio genético a los familiares de primer
grado
•
Los varones portadores requieren una vigilancia intensiva para los cánceres de mama
y de próstata
•
Las mujeres portadoras se benefician, según edad, de las siguientes intervenciones:
º En mujeres jóvenes con deseo gestacional, es razonable ofrecer como alternativa
temporal ETV y determinación de marcadores CA125 y HE4 cada 6-12 meses, a partir de
los 30 años (o 5-10 años antes de la edad del caso más joven de cáncer de ovario en
la familia)
º Cumplido el deseo gestacional se recomienda la salpingooforectomía bilateral profiláctica
entre los 35 y los 40 años
º Vigilancia intensiva de cáncer de mama:
- Examen clínico de las mamas cada 6-12 meses
- Mamografía anual alterna cada 6 meses con RM anual
º Valoración mastectomía profiláctica
º Quimioprevención: anticonceptivos orales, tamoxifeno, inhibidores de la aromatasa
º Sensibilizar a las mujeres sobre el reconocimiento de los signos y síntomas iniciales
del cáncer de mama y de ovario
º Selección de embriones sin la mutación
ETV: ecografía transvaginal; RM: resonancia magnética. Adaptada de referencia 30.
La historia natural del cáncer de mama favorece la detección precoz mediante la mamografía
de cribado. A partir de los resultados beneficiosos de la mamografía, en términos
de reducción de la mortalidad por cáncer de mama, en la década de 1990 en Europa se
empezaron a implementar programas de cribado de cáncer de mama. Actualmente, en todas
las CC. AA. se llevan a cabo programas poblacionales de cribado de cáncer de mama
destinados a las mujeres de entre 50 y 69 años, mediante mamografía de cribado cada
2 años
19
.
Desde hace más de una década, a pesar de la evidencia acumulada, persiste la divergencia
en las conclusiones de las diferentes revisiones sistemáticas disponibles, en la actualidad
más de 50
31
. En general, la comunidad científica está de acuerdo en que la mamografía de cribado
reduce la mortalidad por cáncer de mama, aunque no la mortalidad por todas las causas,
y que conlleva un riesgo de sobrediagnóstico y de sobretratamiento
31
. El desacuerdo está en las estimaciones de las tasas de reducción de la mortalidad
y de sobrediagnóstico. Muchos expertos creen que los beneficios, en términos de reducción
de la mortalidad por cáncer de mama, superan los daños (sobrediagnóstico y el correspondiente
sobretratamiento), mientras que otros piensan lo contrario. Asimismo, el balance beneficio-riesgo
es diferente para cada grupo de edad. Algunos autores que sitúan la mamografía de
cribado como ejemplo de investigación extremadamente polarizada y con fuertes intereses
profesionales
32
piensan que los científicos también pueden tomar decisiones sobre la base de intereses
falsos y hechos alternativos
32
.
La revisión sistemática (RS) Cochrane, que solo incluyó los 3 ensayos clínicos aleatorizados
(ECA) considerados de calidad, no muestra reducción de la mortalidad por cáncer de
mama (riesgo relativo [RR] en el grupo de 50 a 69 años: 1,02; IC del 95%, 0,95-1,10)
33
. La RS de la US Preventive Services Task Force (USPSTF)
34
muestra una reducción marginal de la mortalidad por cáncer de mama y el efecto se
concentra en los grupos de edad de 50 a 59 (RR: 0,86; IC del 95%, 0,680,97) (7 ECA;
8 muertes evitadas) y de 60 a 69 (RR: 0,67; IC del 95%, 0,54-0,83) (5 ECA; 21 muertes
evitadas). La Canadian Task Force (CTF)
35
, en su última RS en 2011, concluyó que, para el grupo de mujeres de 50 a 69 años,
el cribado se asoció a una reducción en la mortalidad por cáncer de mama del 21% (RR:
0,79; IC del 95%, 0,68-0,90). Sin embargo, estos ECA no reflejan los cambios en la
tecnología (mamografía digital), ni tampoco la mejoría de la supervivencia con los
tratamientos actuales. Además, se estima que los tratamientos actuales, tanto en población
cribada como no cribada, han aumentado la supervivencia por cáncer de mama en un 1220%.
No obstante, la RS de la USPSTF, a partir de los estudios observacionales realizados
más recientemente, estima una reducción de entre el 25 y el 31% en el grupo de 50
a 69 años
34
. En el grupo de mujeres de 40-49 años (4 ECA), los resultados de la RS más reciente
36
no muestran reducción significativa en la mortalidad por cáncer de mama (RR: 0,93;
IC del 95%, 0,80-1,09).
Los riesgos de la mamografía de cribado no son desdeñables. Antes de la introducción
de la mamografía de cribado, los carcinomas ductales in situ (CDIS) rara vez se diagnosticaban
y existe controversia sobre si el CDIS es la etapa ideal para la detección temprana,
o si la detección de CDIS representa un sobrediagnóstico y, en consecuencia, un sobretratamiento.
Según estudios, el sobrediagnóstico oscila desde un 11 hasta un 30%, los resultados
falsos positivos se cifran en un 20% (en el grupo de 50 a 70 años durante 10 años
de cribado) y el riesgo de cáncer por radiación es de 1 a 10 por cada 100.000 mujeres
cribadas
37
. Las variaciones en estas estimaciones probablemente están relacionadas con el diseño,
los criterios de inclusión (carcinomas in situ), los grupos de edad y el método de
estimación del sobrediagnóstico en los diferentes estudios. La RS Cochrane estima
el sobrediagnóstico (CDIS que nunca hubieran dado manifestaciones clínicas) y el sobretratamiento
en un 30%
33
. No obstante, los ECA incluidos en esta RS se diseñaron con el objetivo de demostrar
la eficacia de la mamografía en la reducción de la mortalidad, pero no para determinar
el riesgo de sobrediag- nóstico
33
. La RS para el grupo de 40-49 años estima un sobrediagnóstico del cáncer de mama
invasivo a los 5 años después del cese del cribado del 32% y a los 20 años del 48%.
Cuando se incluye CDIS, estas cifras se sitúan en el 41 y el 55%, respectivamente
36
.
El cáncer de mama integra a un grupo muy diverso de tumores que difieren en su histología
y comportamiento biológico
38
. La clasificación histológica no explica la diversidad de comportamiento biológico
38
. Sobre la base de los perfiles de expresión génica, se conocen 4 subtipos moleculares
38
: a) luminal A, con receptores hormonales positivos y receptores HER2 negativos; b)
luminal B, con receptores hormonales positivos y receptores HER2 positivos; c) sobreexposición
del HER2, presente en aproximadamente el 10-15% de cánceres de mama y generalmente
negativos para ER y PR, y d) basal, que pertenece a la categoría de cánceres de mama
triple negativos (ER, PR y HER2 negativos). El luminal A es el más frecuente y el
de mejor pronóstico, y el basal, el de peor pronóstico.
La USPSTF y la CTF recomiendan el cribado de cáncer de mama en la población de riesgo
medio de 50-69 años, pero han reducido la fuerza de las recomendaciones (tabla 9).
El PAPPS adoptó recomendaciones más restrictivas en 2012. No obstante, las actuales
estrategias de cribado no discriminan entre las mujeres con bajo riesgo de cáncer
de mama o con lesiones que pueden evolucionar lentamente de las que presentan tumores
más agresivos. En este sentido, sería necesario individualizar el cribado de cáncer
de mama según el riesgo individual de cada mujer, teniendo en cuenta la edad, los
resultados de la mamografía según la clasificación BI- RADS (Breast Imaging Reporting
and Data System) y la densidad de la mama (mayor riesgo de presentar “cáncer de intervalo”
o falsos negativos en la mamografía)
39
. Actualmente, con la información disponible sería posible desarrollar programas que
sean más coste-efectivos y estén mejor adaptados a las necesidades de la población
diana susceptible de cribado de cáncer de mama; es decir, programas que maximicen
los beneficios de la mamografía.
Tabla 9
Resumen de las recomendaciones de la US Preventive Services Task Froce (USPSTF) y
de la Canadian Task Force (CTF) para los cribados de cáncer
Cáncer de mama
USPSTF, 2016
CTF, 2011
• 50 a 74 años: mamografía cada 2 años (recomendación B) • 40 y 49 años: decisión
individualizada. Las mujeres que otorgan un mayor valor al beneficio potencial que
a los posibles daños pueden optar por comenzar el cribado bienal (recomendación C)
• ≥ 75 años: evidencia insuficiente para evaluar balance de beneficios y riesgos •
Mujeres con mamas densas: evidencia insuficiente para evaluar balance de beneficios
y riesgos
• 40-49 años: no se recomienda cribado sistemático con mamografía (recomendación débil,
evidencia de calidad moderada) • 50-69 años: se recomienda una mamografía cada 2 a
3 años (recomendación débil, evidencia de calidad moderada) • 70-74 años: se recomienda
habitualmente el cribado con mamografía cada 2 a 3 años (recomendación débil, evidencia
de baja calidad)
Cuello de útero
USPSTF, borrador 2017
CTF, 2011
• 21 a 29 años: detección cada 3 años con citología (recomendación A) • 30 a 65 años:
realizar exámenes de detección con citología cada 3 años, o cada 5 años con el test
del VPH (recomendación A) • > 65 años: en contra del cribado (recomendación D) • <
21 años: en contra del cribado (recomendación D) • Mujeres que se han sometido a una
histerectomía con extirpación del cuello uterino y que no tienen antecedentes de lesión
precancerosa de alto grado (CIN2 o CIN3) o CCU: en contra del cribado (recomendación
D)
• < 20 años: no se recomienda (recomendación fuerte, evidencia de alta calidad)• 20
a 24: años no se recomienda (recomendación débil, evidencia moderada)• 25 a 29 años:
se recomienda el cribado cada 3 años (recomendación débil, evidencia moderada)• 30
a 69 años: se recomienda cada 3 años (recomendación fuerte, evidencia alta)• 70 años:
correctamente cribadas y con resultados negativos (3 Papanicolaou en los últimos 10
años), se recomienda terminar los cribados. Para el resto de las mujeres de 70 años
o más se recomienda continuar con cribado hasta que se hayan obtenido 3 resultados
negativos (recomendación débil, evidencia baja)
Ovario
USPSTF, 2017
• En contra del cribado (recomendación D)
—
Colorrectal
USPSTF, 2017
CTF, 2016
• 50 a 75 años: cribado del CCR anual si SOH, cada10 años si colonoscopia y cada 5
para la sigmoidoscopia (recomendación A). Los riesgos y beneficios de las diferentes
pruebas varían • 76 a 85 años: decisión individual, teniendo en cuenta la salud general
del paciente y los resultados de los cribados previos (recomendación C)
• 50-59 años: se recomienda el cribado con SOH cada 2 años o sigmoidoscopia flexible
cada 10 años (recomendación débil, evidencia moderada) • 60-74 años: se recomienda
el cribado con SOH cada 2 años o sigmoidoscopia flexible cada 10 años (recomendación
fuerte, pruebas moderadas) • ≥ 75 años: no se recomienda el cribado de CCR (recomendación
débil, evidencia baja) • Se recomienda no usar la colonoscopia como prueba de cribado
de CCR (recomendación débil, evidencia baja)
Próstata
USPSTF, borrador 2017
CTF, 2014
• 50 a 69 años: recomienda que los médicos informen sobre los posibles beneficios
y daños del cribado con PSA y que la decisión sea individualizada (recomendación C)
• > 70 años: en contra del cribado (recomendación D)
• < 55 años: no se recomienda cribado de cáncer de próstata con PSA (recomendación
fuerte, evidencia baja) • 55-69 años: no se recomienda cribado de cáncer de próstata
con PSA (recomendación débil, evidencia moderada) • > 70 años: no se recomienda cribado
de cáncer de próstata con PSA (recomendación fuerte, evidencia baja)
Pulmón
USPSTF, 2013
CTF, 2016
• Cribado anual con TCBD en las personas de 55 a 80 años que han fumado 30 paquetes-año,
que son fumadores en la actualidad o que han dejado de fumar en los últimos 15 años.
Se excluye a las personas que no han fumado durante los últimos 15 años o que desarrollan
un problema de salud que limita sustancialmente la esperanza de vida, o que no tienen
la capacidad o la voluntad de someterse a un tratamiento quirúrgico de pulmón (recomendación
B)
• 55-74 años, con una historia de tabaquismo de al menos 30 paquetes/año que fuman
o dejaron de fumar hace menos de15 años: se recomienda el cribado anual con 3 TC consecutivas.
Proyección solo debe llevarse a cabo en centros de atención de la salud especializados
en el diagnóstico y tratamiento de cáncer de pulmón en estadio precoz (recomendación
débil, evidencia baja)
Piel
USPSTF, 2016
• Personas asintomáticas: evidencia insuficiente para evaluar el balance riesgo-beneficio
del examen visual de la piel
—
Tiroides
USPSTF, 2018
• En contra del cribado (recomendación D)
—
CCR: cáncer colorrectal; CCU: cáncer de cuello uterino; SOH: sangre oculta en heces;
TC: tomografía computarizada;
TCBD: tomografía computarizada de baja dosis; VPH: virus del papiloma humano.
Fuente: Canadian Tak Froce Guidelines. Disponible en: https://canadiantaskforce.ca/;
US Preventive Srvice Task Force. Disponible en: https://www.uspreventiveservicestaskforce.org/
Los profesionales de AP deben proporcionar información objetiva y contrastada que
permita a cada mujer tomar su propia decisión, en el sentido de participar o no en
los programas de cribado. La información debería incluir aspectos como el sobrediagnóstico,
el sobretratamiento y los falsos positivos. Se recomienda evaluar, además, el riesgo
de cáncer de mama en función de la historia personal y familiar, y derivar a las pacientes
de alto riesgo a las unidades de consejo genético.
Recomendaciones en cáncer de mama, PAPPS 2018
•
En las mujeres de 40 a 49 años, de riesgo medio, no debería recomendarse la mamografía
de cribado (evidencia moderada, recomendación débil en contra)
•
En las mujeres de 50 a 69 años, de riesgo medio, debería recomendarse la mamografía
de cribado cada 2 años (evidencia moderada, recomendación débil a favor)
•
En las mujeres de 70 a 74 años, de riesgo medio, debería recomendarse la mamografía
de cribado cada 2 años (evidencia baja, recomendación débil a favor)
•
Los profesionales de AP deben identificar a mujeres con riesgo elevado de cáncer de
mama (antecedentes personales y/o familiares) o mujeres con antecedentes familiares
de cáncer hereditario asociado a mutaciones BRCA, y derivarlas a centros especializados
o a las unidades de consejo genético, o para la realización del test genético, asesoramiento
y vigilancia específica
Cáncer de cuello de útero
La incidencia y la mortalidad por cáncer de cuello de útero (CCU) en España son de
las más bajas de Europa y del mundo, y existen algunas diferencias entre CC. AA.
6
. Se estima que en 2015 se diagnosticaron 2.399 nuevos vasos de CCU
7
y ocurrieron 659 defunciones
8
(tabla 1). El CCU es el décimo cáncer más frecuente entre las mujeres en España y
el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres de entre 15 y 44 años
40
. La supervivencia relativa a los 5 años estandarizada por edad de las pacientes diagnosticadas
de CCU fue del 63,9%
9
(tabla 2).
El VPH es el principal factor de riesgo de la práctica totalidad de los casos de CCU
y de sus lesiones precursoras
41
. El VPH es una causa común de infección de transmisión sexual en varones y mujeres.
Este virus también se transmite por la piel y las membranas mucosas y se asocia a
los cánceres de ano, vulva, vagina, pene y faringe
40
.
Aproximadamente, el 80% de la población femenina está expuesta al VPH en algún momento
de su vida, pero la infección suele ser transitoria y desaparece a los 12-24 meses;
por tanto, es irrelevante desde el punto de vista oncogéni- co. El modelo de carcinogénesis
está basado en la persistencia de la infección por VPH como elemento necesario para
el desarrollo de lesiones precursoras, que si no se tratan pueden progresar a CCU
41
.
Se han identificado más de 200 genotipos del VPH, pero solo algunos de ellos, los
denominados de alto riesgo (VPH- AR), se asocian con infecciones en el tracto genital
y el desarrollo y progresión del CCU. En el ámbito mundial, los genotipos 16 y 18
explican el 63,1% de los CCU invasivos
40
, y otros 5 tipos (31, 33, 45, 52 y 58) explican un 20% adicional
42
. Conocer la distribución de los genotipos del VPH en el CCU invasivo es fundamental
para guiar la introducción y evaluar el impacto de las vacunas profilácticas frente
al VPH
41
.
La distribución geográfica de la prevalencia del VPH muestra un rango amplio de valores
entre poblaciones, que van del 1,4 al 25,6%
43
. Las mujeres mayores de 30 años experimentan una clara disminución de la prevalencia.
En España, la prevalencia de infección por VPH (carga de la enfermedad) se estima
del 11,2% (IC del 95%, 10,5-11,9) en mujeres con citología normal y la prevalencia
de infección de los genotipos 16 y 18 en las citologías se distribuye de la siguiente
manera: en el 2,7% (IC del 95%, 2,3-3,2) de las citologías normales; en el 23,7% (IC
del 95%, 21,9-25,5) de las lesiones de bajo grado; en el 46,3% (IC del 95%, 43,0-49,6)
de las lesiones de alto grado, y en el 63,1% (IC del 95%, 60,665,5) de los CCU
40
.
La vacunación profiláctica frente a la infección por VPH es la forma más eficaz de
prevenir el CCU, pero solo protege frente a los genotipos incluidos en ella y parcialmente
frente a algunos VPH-AR (especialmente el 31, 33, 45 y 52) debido a la protección
cruzada. En España, el programa de vacunación frente al VPH se inició el año 2007
y están aprobadas las vacunas de 2 serotipos (bivalente: 16 y 18), 4 serotipos (tetravalente:
6, 11, 16 y 18) y de 9 serotipos (nonavalente: 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58).
El calendario de vacunación del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud
(última actualización para 2018) establece vacunar solo a las niñas con la administración
de 2 dosis a los 12 años44 45. Las personas que ya han mantenido relaciones sexuales
pueden vacunarse, pero la eficacia máxima de la vacuna se alcanza antes de la exposición,
es decir, antes del inicio de relaciones sexuales. En España, un 24% de las adolescentes
y un 19% de los adolescentes de 15 años han tenido relaciones sexuales. El rango de
edad de inicio de las relaciones sexuales en los varones es de entre 17 y 18 años
y en las mujeres, de entre 16,5 y 22,7
40
.
A pesar de que el VPH es un factor necesario para el desarrollo y progresión del CCU,
no es un factor suficiente. La respuesta inmunológica a la infección del VPH es un
cofactor crucial en esta progresión (genotipos y variantes virales, carga viral, inmunosupresión)
46
. Otros cofactores que aumentan la probabilidad de padecer un CCU son el tabaco, la
tasa de fertilidad o el uso prolongado de anticonceptivos orales
40
. Las infecciones cervicovaginales por Chlamydia y el virus del herpes simple también
se consideran cofactores
46
(tabla 3).
El consejo sobre tabaco, alcohol y protección en contactos sexuales disminuye el riesgo
de lesiones precursoras y de CCU
47
. El preservativo reduce el riesgo de contagio del VPH, aunque solo lo evita en un
60-70% de los casos debido al contacto de zonas genitales no cubiertas o a su uso
inadecuado. Se recomienda consejo sobre el uso correcto y constante del preservativo
en los contactos sexuales
47
. El uso del preservativo evita embarazos y constituye una práctica sexual segura
por su eficacia para prevenir otras enfermedades de transmisión sexual. Otro factor
preventivo descrito es la circuncisión en varones, ya que esta práctica reduce la
prevalencia de infección en el varón, acorta el tiempo de aclaramiento viral y paralelamente
puede disminuir el riesgo de contagio en la mujer
47
.
A pesar de la introducción de la vacuna frente al VPH, el cribado de CCU sigue siendo
importante por varias razones: las mujeres adultas no se han vacunado, la cobertura
es incompleta, la vacuna no confiere una protección frente a todos los tipos oncogénicos
de VPH y los posibles beneficios se obtendrán cuando las niñas actualmente vacunadas
alcancen la edad adulta. No obstante, aunque no se ha realizado análisis posvacunación
a largo plazo, para optimizar el cribado de CCU se deben tener en cuenta los cambios
inducidos por esta vacuna
48
.
La larga fase preclínica de la infección por VPH desde la transformación del epitelio
cervical hasta su invasión (1015 años) permite la identificación y tratamiento de
las lesiones
41
. La citología cervical está avalada por los resultados de reducción de la mortalidad
de los estudios observacionales
49
. A la mayoría de las mujeres con diagnóstico de CCU no se le había realizado una
citología en los 5-10 años previos. La citología es una prueba de cribado sencilla,
que permite determinar la presencia de células anormales en el cuello del útero. Su
sensibilidad para la detección de lesiones de alto grado es del 47-62% y la especificidad,
del 90%
50
. La evidencia directa para determinar la edad y el intervalo óptimos para el cribado
es limitada. Entre los riesgos de este cribado cabe considerar la hemorragia, el dolor
y la infección al realizar la citología, los tratamientos innecesarios de las lesiones
que regresan, la conificación, que supone un mayor riesgo de partos prematuros y de
nacimientos con bajo peso, la rotura prematura de membranas y la mortalidad perinatal,
que se asocian a la extirpación electroquirúrgica de la lesión
51
.
El conocimiento del papel del VPH en el CCU y el desarrollo de las técnicas moleculares
de amplificación genómica para la identificación del virus están cambiando las estrategias
de este cribado. El test del VPH se ha utilizado para el cribado primario, el cotest
(el test del VPH y la citología realizadas simultáneamente) y las pruebas de seguimiento
de los resultados de las citologías positivas.
Las RS más recientes son las realizadas por la Cochrane
52
y la USPSTF, publicadas en el 2017
53
. La evidencia a partir de ECA sugiere que la detección mediante citología es discretamente
menos sensible para detectar CIN2 y CIN3 (neoplasia cervical intraepitelial) que el
test del VPH; sin embargo, la mayor detección de CIN2 y CIN3 implica realizar más
colpos- copias diagnósticas52 53. Los modelos de análisis de decisión sugieren que
el test del VPH cada 5 años en mujeres de 30 a 65 años, comparado con una citología
cada 3 años, se traduce en una discreta reducción de la tasa de mortalidad (aproximadamente
10 años de vida ganados por cada 1.000 mujeres examinadas), pero con un aumento de
las pruebas de seguimiento y colposcopia (en el caso de la citología, 39 colposcopias
por cada caso de cáncer evitado, y en el del test del VPH, 640 colposcopias adicionales
por caso adicional de cáncer evitado)
54
.
Tanto la evidencia a partir de los ECA como la modelización sugieren que el cotest
aumenta las tasas de detección de CIN3+ en la ronda de cribado inicial, seguido de
tasas más bajas en la segunda ronda, con el consiguiente aumento de falsos positivos,
del número de pruebas de seguimiento y el consiguiente gasto de recursos. La modelización
concluye que el cotest no ofrece ningún beneficio en términos de reducción de cáncer
o años de vida ganados comparado con el test del VPH solo, pero aumenta el número
de pruebas y procedimientos por cada caso evitado y no conduce a una mayor detección
de CIN3+ (CIN3 y todos los cánceres invasivos) o CCU, en comparación con el test del
VPH
55
.
Existen diferentes protocolos para la clasificación de los resultados positivos de
la citología y/o test del VPH. Una RS (2 ECA) muestra que la determinación del VPH
como prueba primaria y posterior triaje con citología tienen una tasa de detección
significativamente superior a la citología sola, tanto en lesiones CIN2+ como en lesiones
CIN3+
56
. Los diferentes protocolos de triaje generalmente tienen tasas de detección similares
para CIN2 y CIN3 y conllevan menor número de colposcopias que si se realiza directamente
colposcopia sin un protocolo de triaje previo
55
.
La prueba del VPH presenta una menor variabilidad en la interpretación de los resultados,
ya que la lectura automatizada no presenta la subjetividad de la citología. Las muestras
deben recogerse en medio líquido, lo cual posibilita, si fuera necesario, el estudio
diferido para conocer la existencia de lesiones precursoras mediante citología réflex
y evita tener que volver a citar a la paciente.
Actualmente, en España, el cribado de CCU es de tipo oportunista, excepto en Castilla
y León, que es poblacional, y la organización y los protocolos competencia de cada
CC. AA. son muy heterogéneos
57
. Un informe de evaluación de tecnologías sanitarias sobre el impacto del cribado
de CCU
56
concluía que la implantación de un programa de cribado poblacional de cáncer de cérvix
puede reducir de forma significativa y relevante la incidencia y la mortalidad por
cáncer de cérvix en relación con el cribado oportunista, si se realiza de forma organizada
y con un correcto control de su calidad.
La Red de Programas de Cribado del Cáncer
58
propone el test VPH-AR como prueba primaria de cribado. Para aumentar su especificidad,
por una parte recomienda limitar su utilización en mujeres de 35 años o más y, por
otra, realizar un triaje con citología a mujeres de 35 años o más con el test VPH-AR
positivo, antes de su derivación a colposcopia. La utilización de este esquema permite
aumentar el intervalo entre cribados en las mujeres VPH-AR negativas, que deberán
someterse a un nuevo test VPH-AR en un plazo no inferior a 5 años.
La guía de consenso del cribado del CCU en España de 2014
57
consensuó las siguientes recomendaciones:
Mujeres < 25 años: no se recomienda ningún tipo de cribado.
Mujeres de 25 a 30 años que hayan iniciado actividad sexual: citología cada 3 años
(no se debe realizar prueba del VPH-AR, dada la elevada prevalencia de infección por
VPH clínicamente irrelevante y el riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento de
lesiones destinadas a regresar de forma espontánea).
Mujeres de 30 a 65 años: son válidas 3 opciones: a) continuar la citología cada 3
años; b) cotest (citología + prueba de detección del VPH), y c) prueba de detección
del VPH cada 5 años (opción preferente). En este grupo de edad existe una menor prevalencia
de infección por el VPH y mayor porcentaje de infección persistente, es decir, mayor
riesgo e incidencia de lesiones precursoras de CCU.
El cribado finalizará a los 65 años, siempre que se den estas 2 condiciones: a) cribado
previo adecuado y negativo (3 resultados citológicos consecutivos negativos, o bien
2 pruebas VPH negativas en los 10 años previos, el último en los 5 últimos años),
y b) ausencia de antecedentes CIN o CCU tratado durante los 20 años previos.
Una vez finalizado el cribado, no debería retomarse por ningún motivo, incluso aunque
la mujer refiera cambio de pareja sexual.
La diferencia entre las recomendaciones de la guía de cribado del CCU
57
y la Red de Programas de Cribado del Cáncer58 está en la edad de inicio de la prueba
del VPH. La guía avanza esta prueba a los 30 años mientras que la Red de Programas
de Cribado la sitúa en 35 años. La IARC recomienda el cribado con prueba del VPH también
a partir de los 35 años
56
. La USPSTF
55
y la CTF
59
(tabla 9) recomiendan la prueba del VPH a partir de los 30 años.
Los profesionales de AP tienen un papel fundamental en promocionar la participación
en el cribado, especialmente en las mujeres con mayor riesgo o cribado inadecuado.
Recomendaciones en cáncer de cuello de útero, PAPPS 2018
•
Los profesionales de AP deben proporcionar consejo sobre protección en los contactos
sexuales (evidencia moderada, recomendación fuerte a favor)
•
En mujeres menores de 25 años, no se recomienda el cribado (evidencia moderada, recomendación
fuerte a favor)
•
En mujeres asintomáticas de 25 a 30/35 años se recomienda la citología de cribado
cada 3 años (evidencia alta, recomendación fuerte a favor)
•
En mujeres asintomáticas de 30/35 a 65 años se recomienda la prueba del VPH cada 5
años (evidencia moderada, recomendación fuerte a favor) o la citología de cribado
cada 3 años (nivel de evidencia moderada, recomendación débil a favor)
•
El cribado finalizará a los 65 años, siempre que exista un cribado previo adecuado
y negativo (10 años) y no haya antecedentes de CIN o CCU (20 años) (nivel de evidencia
moderada, recomendación fuerte a favor)
•
No se realizará cribado en mujeres que no han tenido relaciones sexuales ni en mujeres
que han tenido una histerectomía con extirpación del cuello de útero (nivel de evidencia
moderada, recomendación fuerte a favor)
•
Los profesionales de AP deben realizar una búsqueda activa dirigida a aumentar la
participación de la población diana, con especial énfasis en la población con mayor
riesgo
Cáncer de endometrio
El cáncer de endometrio es el cáncer ginecológico más frecuente. En España se estima
que en 2015 se diagnosticaron 6.160 casos de cáncer de endometrio
7
y fallecieron 1.168 mujeres por esta causa
8
(tabla 1). Las tasas de supervivencia a 1 y 5 años son altas (el 89 y el 74,4%, respectivamente)
9
(tabla 2), ya que en el 85% de los casos el cáncer de endometrio se diagnostica en
estadio temprano.
La edad de presentación se sitúa en torno a los 60 años. Los principales factores
de riesgo conocidos son el uso prolongado de la terapia estrogénica sin oposición
con proges- tágenos, la hiperplasia endometrial, el síndrome del ovario poliquístico,
la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, el tratamiento con tamoxifeno tras cáncer
de mama y pertenecer a una familia con síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario
no polipósico)
60
(tabla 3).
En mujeres asintomáticas, ninguna prueba de cribado (examen pélvico, citología, ecografía,
biopsia) ha demostrado tener impacto sobre la reducción de la mortalidad por cáncer
de endometrio
61
. La mejor estrategia de detección precoz es dar consejo a las mujeres posmenopáusicas,
especialmente si tienen factores de riesgo, para que consulten ante cualquier hemorragia
vaginal, dado que este signo está presente en el 75-90% de los casos de cáncer de
endometrio
62
(tabla 3).
En las mujeres con síndrome de Lynch, aunque no se ha establecido claramente su utilidad,
los expertos recomiendan exploración pélvica, ecografía transvaginal (ETV), CA125
y biopsia/aspirado endometrial con periodicidad anual, desde los 30 a los 35 años
(o 5-10 años antes de la edad del familiar más joven diagnosticado de cáncer).
Recomendaciones en cáncer de endometrio, PAPPS 2018
•
En las mujeres de riesgo medio asintomáticas, no se debe recomendar el cribado de
cáncer de endome- trio (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra)
•
Los profesionales de AP deben realizar consejo apropiado a las mujeres posmenopáusicas,
especialmente a aquellas con riesgo elevado de cáncer de endometrio, para que consulten
ante cualquier hemorragia vaginal
Cáncer de ovario
El cáncer de ovario, pese a su baja incidencia, es la segunda causa de muerte por
cáncer ginecológico. En España se estima que en 2015 se diagnosticaron 3.228 casos
de cáncer de ovario
7
y fallecieron 2.114 mujeres por este cáncer
8
(tabla 1). La supervivencia del cáncer de ovario es la más baja de los cánceres ginecológicos,
siendo a 1 año del 69,6% y a los 5 años del 36,8% (tabla 2)
9
. La supervivencia está relacionada con el tipo de tumor y el estadio en el momento
del diagnóstico (más del 70% se diagnostica en estadios avanzados).
El 90% de los tumores ováricos malignos se origina en el epitelio (carcinomas). Actualmente,
se considera que existen 2 tipos de carcinomas ováricos, el tipo I y el tipo II, con
perfiles moleculares diferentes y, probablemente, con estrategias de prevención diferentes
63
. El tipo I (30%) lo constituyen los carcinomas endometrioides, de células claras,
mucinosos y serosos de bajo grado. Se forman secuencial- mente a partir de lesiones
precursoras, presentan mutaciones en los genes KRAS, BRAF, PIK3CA, CTNNB, PPP2R1A
y BCL2, son de crecimiento lento, generalmente están confinados al ovario y tienen
pobre respuesta a la quimioterapia. El tipo II (70%) está formado, casi exclusivamente,
por el carcinoma seroso de alto grado (incluye los originados en las trompas y en
el peritoneo), es el tumor ovárico más común y el más letal. Con frecuencia, las mujeres
que lo presentan tienen la mutación BRCA, las células del epitelio tubárico de las
fimbrias adquieren la mutación p53, aparecen cambios displásicos y posteriormente
se transforma en carcinoma invasivo. Generalmente son bilaterales, crecen y se diseminan
rápidamente al peritoneo, responden bien a la quimioterapia, pero la recurrencia es
frecuente
63
.
Tener más de 50 años es un factor de riesgo para el cáncer de ovario, pero se considera
riesgo elevado la presencia de antecedentes personales y familiares de cáncer y la
identificación de los portadores de la mutación en las familias con predisposición
hereditaria al cáncer. Los factores hormonales y reproductivos y los factores relacionados
con el estilo de vida tienen un valor limitado para la clasificación del riesgo individual.
En cuanto a la prevención secundaria, el estudio PLCO Cancer Screening Trial de Estados
Unidos confirma, tras 15 años de seguimiento
64
, que no existen diferencias en la mortalidad de las mujeres posmenopáusicas de riesgo
medio cribadas con ETV y el marcador CA125 anual respecto a las no cribadas. Al contrario,
en el grupo de cribado aumenta el riesgo de cirugías innecesarias. Por otro lado,
los resultados publicados en 2016 sobre el cribado multimodal del estudio UKCTOCS
de Reino Unido, consistente en incorporar mediciones longitudinales de CA-125 a un
algoritmo ROC (Risk of Ovarian Cancer Algorithm [ROCA]) y, posteriormente, seleccionar
las candi- datas a la ETV, mostraron una distribución por estadios más favorables
y una tendencia a la reducción de la mortalidad. Una reciente publicación señala que
esta estrategia permitiría reducir la mortalidad entre un 6 y un 9%, pero no es coste-
efectiva en población sin riesgo elevado
65
.
Las recomendaciones del cribado del cáncer de ovario de la USPSTF, recientemente actualizadas,
y sobre la base de que los daños de este cribado superan los posibles beneficios,
se posicionan en contra del cribado en mujeres asin- tomáticas sin riesgo elevado
de cáncer hereditario conocido (recomendación D)
66
(tabla 9).
Las mujeres con una predisposición genética conocida para el cáncer de mama (mutaciones
BRCA1 o BRCA2) deben ser remitidas a las unidades de consejo genético y recibir consejo
sobre las diversas opciones preventivas
30
(tabla 8).
En ausencia de riesgo elevado de cáncer de ovario hereditario, la detección precoz
pasa necesariamente por la identificación de los síntomas y signos iniciales de la
enfermedad. Diferentes estudios han demostrado que el 85-90% de las mujeres diagnosticadas
de cáncer de ovario presentan algún síntoma, predominantemente de tipo gastrointestinal
o genitourinario varios meses antes del diagnóstico. En mujeres, sobre todo posmenopáusicas,
con síntomas inespecíficos ab- dominopélvicos o genitourinarios, persistentes o recurrentes
no justificados, se requerirá examen pélvico, determinación de CA-125 y ETV (tabla
4).
Recomendaciones en cáncer de ovario, PAPPS 2018
•
En las mujeres asintomáticas y sin riesgo elevado de cáncer de ovario, no se debe
recomendar el cribado de cáncer de ovario (evidencia moderada, recomendación fuerte
en contra)
•
Las mujeres con antecedentes familiares de cáncer hereditario asociado a mutaciones
BRCA deben ser derivadas a una unidad de consejo genético para realización del test
genético, asesoramiento y vigilancia específica
Cáncer colorrectal
En España se estima que en 2015 se diagnosticaron 24.764 nuevos CCR en varones y 16.677
en mujeres
7
, con una tendencia creciente hasta mediados de la década de 1990, especialmente en
los varones, y se produjeron 9.085 defunciones en varones y 6.279 en mujeres
8
. La supervivencia relativa a 5 años en pacientes diagnosticados en el período de
2000-2007 fue del 56,6% en varones y del 58,1% en mujeres
9
. La reducción de las tasas de mortalidad y la mayor supervivencia del CCR observada
en los últimos años se atribuyen a su identificación en fases más tempranas, favorecida
por la extensión del cribado asociado a las mejoras en el tratamiento de la enfermedad.
El cribado del CCR permite además identificar y tratar la lesión precursora, el pólipo
adenomatoso, impidiendo su potencial progresión a cáncer
67
.
Las características que confieren un riesgo elevado de CCR son la historia personal
o familiar de CCR o pólipos adenomatosos de riesgo (tamaño ≥ 10 mm, vellosos, displa-
sia grave o múltiples ≥ 3), así como los síndromes hereditarios (poliposis adenomatosa
familiar, CCR hereditario no asociado a poliposis, CCR familiar), las enfermedades
relacionadas con el CCR (enfermedad inflamatoria intestinal de larga evolución o afectación
colorrectal extensa) o la exposición a radiación abdominal durante la infancia. La
identificación, cribado y vigilancia de las personas con riesgo elevado debe considerarse
prioritaria en la prevención del CCR. La Guía de Práctica Clínica del semFYC y la
Asociación Española de Gastroenterología (AEG) proponen actuaciones de seguimiento
específicas en los pacientes con pólipos68 (tabla 10).
Tabla 10
Seguimiento pospolipectomía de adenomas o pólipos serrados colorrectales
Lesión precursora CCR
Intervalo de seguimiento pospolipectomía
Primera colonoscopia
Colonoscopias sucesivas
Adenoma tubular, número 1-2, tamaño < 10 mm y displasia bajo grado
5 años
5 años (si adenoma[s] de similares características) 10 años (si ausencia de adenomas)
Adenoma, número 3-4, o tamaño 10-19 mm, o componente velloso, o displasia alto grado
3 años
3 años (si adenoma[s] de similares características) 5 años (si ausencia de adenomas)
Adenoma, número ≥ 5, o al menos uno de tamaño ≥ 20 mm
1 año
1 año (si adenoma[s] de similares características) 3 años (si ausencia de adenomas)
Adenoma con resección incompleta Pólipo resecado, pero no recuperado
3-6 meses
Según hallazgos Igual que adenoma, intervalo de vigilancia según tamaño
Pólipo hiperplásico < 10 mm en recto o sigma Pólipo serrado (hiperplásico, serrado
sésil) proximal a rectosigma, < 10 mm, sin displasia
No necesaria 5 años (si pólipo[s] de similares características) 10 años (si ausencia
de pólipos)
Pólipo serrado con displasia (serrado sésil con displasia, serrado tradicional) proximal
a recto-sigma, o tamaño ≥ 10 mm, o número ≥ 3
3 años
3 años (si pólipo[s] de similares características)
Pólipo serrado con resección incompleta
3-6 meses
5 años (si ausencia de pólipos) Según hallazgos
CCR: cáncer colorrectal.
Fuente: referencia 68.
Las mujeres y varones de 50 años o más sin factores de riesgo específicos de CCR presentan
un riesgo medio de desarrollar CCR. En estas personas, el cribado es eficaz para reducir
la mortalidad del CCR y es coste-efectivo con respecto a no realizarlo
69
. Las pruebas de cribado con evidencias consistentes de mayor calidad son la sangre
oculta en heces, con guayaco (SOHg) o inmunológica (SOHi), y la sigmoidoscopia (SG),
mientras que la colonoscopia es la prueba de elección para la confirmación diagnóstica.
La RS de la CTF
70
, publicada en 2016 con metaanálisis de 4 ECA de moderada calidad, muestra que el
cribado con SOHg reduce la mortalidad por CCR en un 18% (RR: 0,82; IC del 95%, 0,73-0,92),
pero no disminuye la mortalidad por todas las causas. Resulta necesario cribar a 337
personas (IC del 95%, 249-887) durante una mediana de 18 años para evitar una muerte
por CCR. La reducción de mortalidad no es significati-va en el grupo de personas de
45 a 59 años (RR: 0,96; IC del 95%, 0,85-1,10), ni a partir de los 70 años (RR: 0,66;
IC del 95%, 0,35-1,26). La reducción relativa de la incidencia del CCR avanzado es
de un 8% (RR: 0,92; IC del 95%, 0,85-0,98), de manera que se evita un nuevo caso de
CCR cada 876 personas cribadas (IC del 95%, 496-5.051).
La RS de la USPSTF
71
sintetiza resultados de 5 ECA sobre eficacia del cribado con SOHg anual o bienal,
con períodos de seguimiento de entre 11 y 30 años. La reducción de mortalidad por
CCR se mantiene tras múltiples rondas de cribado bienal, tanto a los 20 años (RR:
0,91; IC del 95%, 0,84-0,98) como a los 30 años (RR: 0,78; IC del 95%, 0,650,93).
Sin embargo, no se observa reducción de la incidencia de CCR (RR: 1,02; IC del 95%,
0,93-1,12).
La RS Cochrane
72
, actualizada en 2013, muestra resultados similares, con una reducción de mortalidad
por CCR del 13% (RR: 0,87; IC del 95%, 0,82-0,92) y sin efecto beneficioso sobre la
mortalidad global (RR: 1,00; IC del 95%, 0,99-1,01).
No existen ECA bien diseñados que prueben la eficacia del test de SOHi, pero los estudios
de tendencia temporal en zonas geográficas donde se ha implementado el cribado apoyan
su efectividad. Un estudio observacional realizado en la región de Véneto (Italia)
entre 1995 y 2011 muestra una reducción del 22% de la mortalidad por CCR en las poblaciones
cribadas con SOHi bienal, respecto a la población no cribada
73
.
La relación entre el beneficio y los riesgos del cribado con SOHi es favorable. Las
pruebas de SOH carecen de efectos adversos directos graves. Los riesgos vienen determinados
por las consecuencias de los resultados falsos negativos (adenomas no detectados y
CCR de intervalo) y falsos positivos (efectos adversos graves de la colonoscopia de
confirmación diagnóstica), con una tasa de 8 perforaciones (IC del 95%, 2-32) y 1,9
hemorragias graves (IC del 95%, 5-64) cada 10.000 colonoscopias. Asumiendo un 5% de
positividad del test de SOH y un 100% de cumplimiento con la colonoscopia, se producirán
de 1 a 16 perforaciones y de 2 a 32 hemorragias graves cada 100.000 personas cribadas
71
.
El cribado con SG flexible disminuye la incidencia y mortalidad del CCR, con resultados
consistentes entre RS. Para su realización se dispone de endoscopios cortos que alcanzan
hasta los 60 cm del margen anal o también puede realizarse con el tubo de colonoscopia.
Requiere limpieza del colon, pero se realiza sin sedación.
En la RS de la USPSTF
71
, el análisis combinado de 4 ECA que incluyen 458.002 personas muestra una reducción
de la mortalidad por CCR del 27% (RR: 0,73; IC del 95%, 0,66-0,82) y de la incidencia
del 21% (RR: 0,79; IC del 95%, 0,75-0,85), después de 11 a 12 años de seguimiento.
En ambos casos, el beneficio se limita al CCR de localización distal. El único ECA
que realiza cribado periódico con SG (PLCO de Estados Unidos)
74
obtiene una reducción de la mortalidad por CCR del 26% (RR: 0,74; IC del 95%, 0,63-0,87).
El cribado con SG no disminuye la mortalidad por cualquier causa (RR: 1,0; IC del
95%, 0,94-1,06).
La RS de la CTF
70
ofrece una reducción de mortalidad por CCR de magnitud similar (RR: 0,72; IC del 95%,
0,65-0,81), y para prevenir una muerte por CCR es necesario cribar con SG a 850 personas
(IC del 95%, 673-1.205). La reducción de mortalidad por cualquier causa no es significativa
(RR: 0,99; IC del 95%, 0,97-1,01). La disminución de la incidencia de CCR es del 25%
(RR: 0,75; IC del 95%, 0,66-0,86) y es necesario cribar a 577 personas (IC del 95%,
422-989) para evitar un nuevo caso de CCR avanzado. Esta RS concluye que la eficacia
de la SG de cribado es superior en los individuos de más de 60 años con respecto a
edades inferiores, de manera que es necesario cribar a 343 (IC del 95%, 267-503) personas
de 60 años o más para evitar una muerte por CCR, frente a los 1.853 (IC del 95%, 1.441-2.713)
individuos de menos de 60 años. En el análisis por grupos etarios del ECA PLCO se
observa que la mortalidad por CCR se reduce significativamente en las personas de
65 a 74 años (RR: 0,65; IC del 95%, 0,52-0,82), pero no en las de 55 a 64 años (RR:
0,84; IC del 95%, 0,67-1,06), probablemente por la menor incidencia de CCR en esta
franja de edad
74
.
En la RS Cochrane de 2013, la comparación indirecta del cribado entre SG y SOH no
muestra diferencias significativas sobre la mortalidad por CCR (RR: 0,85; IC del 95%,
0,72-1,01), pero la SG aporta un beneficio de mayor magnitud cuando se compara con
SOH bienal (RR: 0,81; IC del 95%, 0,70-0,96)
75
.
Los riesgos asociados a la SG son superiores a los de la SOH, pero muy inferiores
a los de la colonoscopia de cribado o diagnóstica. Las RS le atribuyen unas tasas
cada 10.000 personas cribadas de 0,15 muertes (IC del 95%, 0,07-0,32), 0,1 perforaciones
(IC del 95%, 0-0,3) y entre 0,93 y 5 hemorragias graves (IC del 95%, 0,4-1,5 e IC
del 95%, 2,5-7,4, con y sin ingreso hospitalario, respectivamente). En las personas
con SG patológica se añaden los riesgos de la colonoscopia de confirmación diagnóstica,
en torno a 14 perforaciones (IC del 95%, 9-26) y 34 hemorragias graves (IC del 95%,
5-63) cada 10.000 colonoscopias
70
.
El cribado mediante SG tiene un efecto protector que se prolonga hasta 12 años70 71
75. Si se minimiza el riesgo de falsos negativos mediante la inserción del endoscopio
por encima de los 40 cm —la prueba se realiza por un endoscopista experimentado y
con una adecuada preparación intestinal—, se podría justificar un intervalo de 10
años entre SG de cribado76,77. La realización de una única SG a los 6065 años es otra
opción de cribado de CCR, dado que consigue beneficio de reducción de mortalidad en
3 de los 4 ECA disponibles. No se dispone de evidencias sobre el cribado mediante
SG en personas mayores de 74 años70,71.
La colonoscopia de cribado carece de evidencias directas de su efecto sobre la incidencia
y mortalidad del CCR. Los ECA en marcha evalúan su eficacia en el cribado poblacional
frente a no cribado (NordICC, multicéntrico europeo) o en comparación con SOHi (COLONPREV,
España; SCREESCO, Suecia; CONFIRM, Estados Unidos), pero no han publicado resultados
finales. Los resultados intermedios de COLONPREV muestran que la tasa de detección
de CCR es similar con co- lonoscopia y SOHi, aunque la colonoscopia identifica más
adenomas avanzados
78
. En la actualidad, la colonsocopia es la prueba de cribado de CCR menos aceptada,
más costosa, menos disponible en nuestro entorno por las listas de espera y la que
expone a más riesgos, además de requerir limpieza de colon y sedación, lo que puede
determinar una relación coste-efectividad menos favorable que con SOH o SG.
La USPSTF
79
y la CTF recomiendan el cribado CCR en la población de riesgo medio de 50-69 años
(tabla 9).
En nuestro entorno, el cribado del CCR con SOH está incluido en la cartera de servicios
del SNS
19
, por lo que las CC. AA. han implementado progresivamente el cribado poblacional mediante
programas organizados que utilizan la prueba de SOHi, con el objetivo de cubrir a
la totalidad de la población de 50 a 69 años
19
. Sin embargo, es preciso avanzar hacia una mayor cobertura de la población diana
con participación superior al 60% para conseguir impacto poblacional sobre la mortalidad
por CCR, con un coste-efectividad favorable
80
, equilibrando el efecto del sobrediagnóstico que conlleva este cribado. En este sentido,
diferentes estrategias han probado su eficacia en el fomento de la participación,
como el envío del test de SOH por correo postal tras la carta de invitación, junto
con la implicación de AP en todo el proceso de comunicación a la población, recepción
de muestras, indicación de la colonoscopia y seguimiento posterior. Por otra parte,
la aplicación de técnicas de modelización en los programas poblacionales podría favorecer
la monitorización de estos resultados y la corrección de sus desvíos a través de estrategias
de optimización del cribado, tales como la modificación del punto de corte de positividad
del SOHi o la diferenciación de estrategias de cribado por subgrupo de edad y sexo81-83.
Recomendaciones en cáncer colorrectal, PAPPS 2018
•
En las personas de 60 a 74 años, sin riesgo alto, debe recomendarse la SOH con el
test inmunológico como prueba de cribado del CCR, con periodicidad bienal (evidencia
moderada, recomendación fuerte a favor) o SG cada 10 años si está disponible (evidencia
moderada, recomendación fuerte a favor)
•
En las personas de 50 a 59 años, sin riesgo alto, debe recomendarse la SOH con el
test inmunológico como prueba de cribado del CCR, con periodicidad bienal (evidencia
moderada, recomendación débil a favor) o SG cada 10 años si está disponible (evidencia
moderada, recomendación débil a favor)
•
No se recomienda la colonoscopia como prueba de cribado del CCR (evidencia baja, recomendación
débil en contra)
•
Los profesionales de AP deben identificar a las personas con riesgo elevado de CCR
(sospecha de CCR hereditario y familiar) y derivarlas a las unidades especializadas
•
Los profesionales de AP deben facilitar el cumplimiento de las recomendaciones de
las colonoscopias de seguimiento de los pólipos
SG: sigmoidoscopia; SOH: sangre oculta en heces.
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los varones de los países occidentales.
En España se estima que en 2015 se diagnosticaron un total de 33.370 nuevos casos
de cáncer
7
. Las tasas de incidencia aumentaron de forma importante desde 1993 a 2007
7
. Esta tendencia significa un cambio porcentual para el período 1995-2005 del 116,3%
y, para el período 2005-2015, del 31,4%
7
. La proyección de las tasas de incidencia hasta 2015 podría verse muy afectada por
los cambios en el uso del antígeno prostático específico (PSA) y su saturación, como
ha sucedido en otros países
7
. La mortalidad por cáncer de próstata fue de 5.746 casos el año 2015
8
. La supervivencia relativa a 5 años se estima por encima de un 84,5%
9
(tabla 2).
La edad es el principal factor de riesgo del cáncer de próstata
84
. Asimismo, tener una historia familiar de cáncer de próstata u otros cánceres y factores
genéticos, como mu- taciones en genes que reparan el ADN como el BRCA2, parece jugar
un papel importante en ciertos cánceres de próstata y se han asociado con una mayor
agresividad
85
. Otros factores relacionados con la dieta, los valores hormonales, la obesidad y
el sedentarismo se asocian al cáncer de próstata, aunque su efecto parece más limitado
84
(tabla 3).
Generalmente, los cánceres de próstata evolucionan lentamente y los síntomas se presentan
en las etapas avanzadas de la enfermedad86,87 (tabla 6). Actualmente, la mayoría de
cánceres de próstata se diagnostican a partir del cribado oportunista en la etapa
presintomática, mediante la determinación del PSA. No obstante, el PSA carece de la
sensibilidad y la especificidad necesarias para la detección precoz del cáncer de
próstata y no ayuda a distinguir entre tumores de lento y de rápido crecimiento
86
. Asimismo, otras patologías benignas (hipertrofia benigna de próstata, prostatitis)
pueden presentar valores de PSA en un rango de 4 a 10 ng/ml y, por otro lado, unos
valores por debajo de 4 ng/ml no garantizan la ausencia de cáncer de próstata
86
.
El cribado poblacional del cáncer de próstata mediante la determinación del PSA ha
sido y es motivo de controversia y la relación beneficio-riesgo de este cribado, como
concluyen las diversas revisiones sistemáticas disponibles, no está claramente establecida
Sin embargo, la facilidad de la determinación del PSA a partir de una muestra sanguínea
ha facilitado la amplia utilización de este test en las consultas de AP y AE.
El ECA European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer (ERSPC) ha mostrado
una reducción de la mortalidad en el subgrupo de 55 a 69 años del 21% (RR: 0,79; IC
del 95%, 0,69-0,91) a los 13 años de seguimiento
88
y el US Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian (PLCO) Screening Trial
89
, por el contrario, no.
La RS más reciente de la USPSTF
90
muestra que los beneficios del cribado con PSA reducen las probabilidades de morir
por cáncer de próstata. Estiman que por cada 1.000 varones de entre 55 y 69 años cribados,
pueden evitar morir de cáncer de próstata entre 1 y 2 varones en un período de 10
a 15 años. Además, 3 varones de cada 1.000 a los que se les ofrece el cribado pueden
evitar tener una enfermedad me- tastásica (RR: 0,70; IC del 95%, 0,60-0,82). Pese
a todo, la magnitud del beneficio es pequeño: 6 de cada 1.000 varones > 55 años que
eligen no realizar cribado morirán por este cáncer en los siguientes 10-15 años, frente
a 5 de los 1.000 que eligen hacerlo. Debido a que el cáncer de próstata a menudo crece
lentamente, generalmente transcurrirán años, incluso más de una década, para observar
los beneficios de la detección después del diagnóstico y el tratamiento.
Por contra, el sobrediagnóstico y el sobretratamiento de este cribado no son despreciables
90
. Por cada 1.000 varones cribados, 250 tendrán un resultado positivo que les llevará
a una posible biopsia con los posibles aspectos de dolor, hemorragia e infección,
y 100 se diagnosticarán de un cáncer de próstata, de los que 65 se tratarán con cirugía
o radioterapia al inicio y 15 más tardíamente, por progresión de la enfermedad tras
vigilancia activa. El 75% de los tratados presentará impotencia o incontinencia
90
.
La observación o seguimiento activo como nueva aproximación de tratamiento, especialmente
en personas de edad avanzada sin síntomas prostáticos, contrarresta el sobretratamiento
que conlleva el tratamiento activo de muchos cánceres de próstata indolentes que se
detectan a través del cribado. En este sentido, recientemente se han publicado los
resultados a los 10 años de seguimiento del ensayo clínico PROTECT
91
, realizado en Estados Unidos, y a los 19,5 años de seguimiento del ensayo clínico
PIVOT
92
, realizado en Reino Unido.
En el estudio PROTECT
91
se comparó la monitorización activa (PSA) frente a la prostatectomía y la radioterapia,
y los resultados mostraron que la mortalidad específica por cáncer de próstata fue
baja, sin diferencias significativas entre los tratamientos. Tampoco hubo diferencias
en la mortalidad global. Sin embargo, la progresión clínica de la enfermedad y la
incidencia de metástasis fue mayor en el grupo de monitorización activa (22,9 y 6,3
casos por 1.000 personas-año) que en el de cirugía (8,9 y 2,4 casos por 1.000 personas-año)
y en el de radioterapia (9 y 3 casos por 1.000 personas-año). El 55% de los varones
del grupo de monitori- zación activa se sometió a lo largo de los 10 años a una intervención
(prostatectomía, radioterapia, braquiterapia).
En el estudio PIVOT
92
se comparó la observación frente a la prostatectomía y tampoco se observaron diferencias
significativas en la mortalidad, excepto en la mortalidad por todas las causas de
los tumores de riesgo intermedio (RR: 0,8; IC del 95%, 0,67-0,96). El 20,4% de los
varones asignados a la observación se sometió a un tratamiento definitivo, aunque
en la mayoría de los casos fue por progresión local (y de ellos, la mitad asintomática).
Asimismo, la disfunción eréctil (RR: 2,77; IC del 95%, 1,65-4,63) y la incontinencia
(RR: 4,22; IC del 95%, 2,44-7,30) fueron significativamente mayores en el grupo de
prostatectomía radical.
La CTF no recomienda el cribado de cáncer de próstata. La USPSTF modifica las recomendaciones
de 2012 en contra del cribado (recomendación D) y propone unas recomendaciones informadas
e individualizadas (recomendación D) (tabla 9).
Los profesionales de AP deben tener en cuenta esta evidencia, compartir con el paciente
el balance entre los riesgos y beneficios de la solicitud de PSA como prueba de cribado
y favorecer que el paciente tome una decisión personal de acuerdo a sus preferencias.
En esta línea, otras sociedades como la American Cancer Society y el American College
of Physicians no recomiendan el cribado en varones de riesgo medio, < 50 años o con
una expectativa de vida < 10-15 años e insisten en la necesidad de que los varones
> 50 años y expectativa de vida > 10 años sean informados por sus médicos de las incertidumbres,
riesgos y potenciales beneficios del cribado de cáncer de próstata antes de tomar
una decisión. En los grupos de alto riesgo, el diálogo médico-paciente para facilitar
la toma de decisiones está todavía más justificado y la información debería darse
antes de los 50 años.
Recomendaciones en cáncer próstata, PAPPS 2018
•
La determinación del PSA no debería recomendarse como prueba de cribado del cáncer
de próstata en población asintomática, entre 55 y 69 años, de riesgo medio (evidencia
moderada, recomendación débil en contra)
•
La determinación del PSA no debe recomendarse como prueba de cribado del cáncer de
próstata en población asintomática, en menores de 55 y mayores de 69 años, de riesgo
medio (evidencia baja, recomendación fuerte en contra)
•
No se ofrecerá la realización de PSA a la población asintomática de forma activa.
Si la persona lo solicita como prueba de cribado será necesario informar sobre el
balance entre los riesgos y beneficios
Cáncer de pulmón
En España se estima que en 2015 se diagnosticaron un total de 28.347 nuevos casos
de cáncer de pulmón (22.430 en varones y 5.917 en mujeres), incidencia estabilizada
en varones y con importante aumento entre las mujeres
7
, y ocurrieron 21.579 defunciones (17.229 en varones y 4.350 en mujeres)
8
(tabla 1). La supervivencia relativa a 5 años estandarizada por edad de los pacientes
diagnosticadas de CCU fue del 10,1% en varones y del 14,7% en mujeres
9
(tabla 2).
El tabaco es el principal factor de riesgo de cáncer de pulmón y es el responsable
del 80% de los casos, y probablemente mayor para el cáncer de pulmón microcítico.
La evolución de la tendencia del tabaquismo en España indica que todavía una importante
proporción de la población es fumadora
19
. El consejo claro y personalizado para dejar de fumar y evitar el inicio del hábito
tabáquico entre los jóvenes es la estrategia más efectiva para reducir la incidencia
y mortalidad por cáncer de pulmón (prevención primaria)
14
. Las políticas de salud deben ir dirigidas a reforzar el abandono del hábito tabáquico
19
La exposición al radón (gas radiactivo que se produce de forma natural cuando se descompone
el uranio en el suelo y las rocas) es la segunda causa principal de cáncer de pulmón,
y es la causa principal entre los no fumadores.
El cribado mediante la radiografía de tórax (RR: 0,99; IC del 95%, 0,91 -1,07) y la
radiografía de tórax más citología de esputo (RR: 0,88; IC del 95%, 0,74-1,03) no
ha demostrado reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón
93
. Actualmente, y a partir de los resultados del North American NLST (National Lung
Screening Trial)
94
, el cribado de cáncer de pulmón ha supuesto un cambio de paradigma a favor de la
tomografía computarizada de baja dosis de radiación (TCBD). Sin embargo, es un cribado
controvertido.
La RS Cochrane concluye que el cribado de cáncer de pulmón con TCBD reduce la mortalidad
por cáncer de pulmón de forma significativa (RR: 0,80; IC del 95%, 0,70-0,92), pero
es necesario investigar sobre su coste-efectividad y los beneficios y riesgos del
cribado en diferentes grupos de edad y de riesgo
93
. La RS de la USPSTF concluye que el cribado con TCBD disminuye de forma significativa
la mortalidad por cáncer de pulmón, pero que se necesitan más investigaciones que
permitan identificar a las personas con mayor riesgo de cáncer de pulmón y, en consecuencia,
disminuir los diagnósticos falsos positivos del cribado
95
. La RS de la CTF va en la misma dirección: el cribado con TCBD puede reducir la mortalidad
por cáncer de pulmón en pacientes con alto riesgo, pero existen potenciales riesgos
relacionados con la detección y seguimiento de las pruebas invasivas
96
. Una RS que analiza el coste-efectividad de este cribado concluye que este depende
en gran medida de identificar apropiadamente a la población diana
97
.
La RS más reciente publicada por el American College of Chest Physicians
98
incluye 10 ECA (North American NLST, Detection and Screening of Early Lung Cancer
by Novel Imaging Technology and Molecular Essays Trial [DANTE], Danish Lung Cancer
Screening Trial [DLCST], Depiscan Study [Francia], Italian Lung Cancer Screening Trial
[ITALUNG], Lung Screening Study [LUSI], German Lung Cancer Screening Intervention
Trial, Multi-centric Italian Lung Detection Trial [MILD], Neder- lands-Leuvens Longkanker
Screenings [NELSON], Onderzoek Study y United Kingdom Lung Screening Study [UKLS])
y 13 estudios de cohortes. Esta revisión concluye que el cribado con TCBD para cáncer
de pulmón muestra un balance beneficio- riesgo favorable, pero muy discreto, muy tenue,
balance que se ve afectado por el riesgo basal del paciente, la calidad de las imágenes
y su interpretación y la efectividad de las intervenciones para dejar de fumar
98
. Los autores señalan que se necesitan más investigaciones para optimizar este cribado.
Todas las revisiones señalan que el método más importante para reducir la mortalidad
por cáncer de pulmón es dejar de fumar.
Las recomendaciones de la USPSTF y de la CTF se describen en la tabla 9. El American
College of Chest Physicians, para fumadores asintomáticos y exfumadores de 55 a 77
años que han fumado 30 paquetes-año o más y continúen fumando o hayan dejado de fumar
en los últimos 15 años, sugiere que se les ofrezca cribado anual con TCBD (recomendación
débil, evidencia moderada). Otras sociedades americanas, entre ellas la American Thoracic
Society, la American Society of Clinical Oncology y la National Comprehensive Cancer
Network, abogan por este cribado
99
.
Los organismos europeos se preguntan si los servicios nacionales de salud deben seguir
el ejemplo de las recomendaciones americanas. La respuesta va en la línea de la revisión
Cochrane y, de momento, parece razonable posponer el cribado sistemático del cáncer
de pulmón en individuos asintomáticos
100
. A pesar de los resultados favorables en cuanto a la disminución de la mortalidad,
los potenciales daños del cribado del cáncer de pulmón con TCBD en términos de sobrediagnóstico
y sobretratamiento son considerables. Implementar en un futuro estas recomendaciones
en nuestro país requiere un debate científico y ético acerca de sus efectos secundarios,
así como un análisis de la factibilidad y la accesibilidad a las pruebas y el coste-efectividad
de este cribado.
Recomendaciones en cáncer de pulmón, PAPPS 2018
•
Los profesionales de AP deben realizar consejo claro y personalizado para dejar de
fumar a todas las personas fumadoras (evidencia alta, recomendación fuerte a favor)
•
La radiografía de tórax o la citología de esputo no deben recomendarse como pruebas
de cribado del cáncer de pulmón (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra)
•
La TCBD no debería recomendarse como prueba de cribado del cáncer de pulmón (evidencia
moderada, recomendación débil en contra)
Cáncer de piel
El cáncer de piel engloba a un conjunto de enfermedades neoplásicas que tienen diagnóstico,
tratamiento y pronóstico muy diferentes. Los 2 tipos más comunes de cáncer de piel
son el carcinoma basocelular y el espinocelular, con un alto índice de curación. El
melanoma, el tercero más común de los cánceres de piel, es más agresivo y puede ser
causa de muerte.
En España se estima que en 2015 se diagnosticaron un total de 4.890 nuevos casos de
melanoma (2.577 en varones y 2.313 en mujeres)
7
y ocurrieron un total de 1.075 defunciones (572 en varones y 503 en mujeres)
8
(tabla 1). La supervivencia relativa a 5 años estandarizada por edad de los pacientes
diagnosticados en el período 2000-2007 fue del 79,1% en varones y del 88,9% en mujeres
9
(tabla 2). Se estima que la diferencia observada entre la supervivencia de varones
y mujeres se asocia a más autodetección entre las mujeres, más melanoma en localizaciones
no fácilmente visibles en varones y diferencias en la regulación hormonal
101
102
.
Los factores de riesgo del melanoma son genéticos, familiares y ambientales (tabla
4). La radiación solar (rayos ultravioleta [UV]) es el factor etiopatogénico más importante
(también de los carcinomas basocelular y espinocelular). Los estudios han demostrado
claramente que la exposición a la radiación UV eleva el riesgo de tener melanoma.
En consecuencia, una gran parte de los casos de melanoma podría prevenirse. Las medidas
preventivas del melanoma incluyen evitar la exposición intensa y continuada al sol,
así como las camas de bronceado, ambas fuentes de radiación UV
103
. Los factores familiares y genéticos incluyen el fototipo de piel (la calidad de
la respuesta a la acción de los rayos del sol es peor en el fototipo claro), el número
de nevus melanocíticos, la presencia de nevus atípicos y la historia familiar de cáncer
de piel. El desarrollo de melanoma es más frecuente y más agresivo en los pacientes
con inmunosupresión
104
.
Existen diversos tipos de melanoma, según los rasgos clínicos y anatomopatológicos
y el patrón de crecimiento (de extensión superficial, nodular, léntigo maligno y lentiginoso
acral). La mayoría de los melanomas se localiza en la piel y rara vez se desarrolla
en mucosas (boca, iris, retina y órganos internos). Pueden tener colores variados
incluyendo escala de marrones, negro, azul, rojo o gris. En los varones, las localizaciones
más frecuentes son el tronco, los hombros, la cabeza y el cuello, y en las mujeres
los brazos y las piernas.
Por lo general, el melanoma (u otro cáncer de piel) es un cáncer que se puede detectar
de forma temprana. Para ello es importante identificar y consultar cualquier lunar
o úlcera de nueva aparición y los cambios en los lunares o úlceras existentes, así
como los cambios en la coloración de la piel. Los criterios ABCD (asimetría, bordes,
color y diámetro) ayudan a identificar una lesión como sospechosa de malignidad (tabla
4).
El cribado sistemático del cáncer de piel en la población general mediante examen
de la piel de todo el cuerpo, realizado por un médico de AP, o el autoexamen de la
piel no han demostrado ningún beneficio en términos de reducción de la mortalidad.
Por el contrario, este examen visual puede ocasionar efectos perjudiciales, tales
como el sobrediagnóstico por la identificación de lesiones benignas que de otro modo
no se detectarían, la posibilidad de un diagnóstico erróneo de malignidad, las complicaciones
de las intervenciones diagnósticas o terapéuticas (incluyendo cirugía extensa) y los
efectos psicológicos de ser etiquetado con una enfermedad potencialmente mortal. La
mayoría de las sociedades científicas orientan las recomendaciones de cribado fundamentalmente
a individuos con riesgo elevado mediante autoexamen de piel y evaluación por parte
de un profesional por lo menos una vez al año
105
.
La exposición al sol es buena para la salud, pero también implica riesgos que hay
que tener presentes. El Código Europeo Contra el Cáncer recomienda evitar la exposición
solar (tabla 5). Actualmente están en marcha diversos programas de protección solar
y campañas comunitarias para dar a conocer los peligros de la excesiva exposición
a la radiación UV y recomendar estilos de vida que frenen el aumento de este tipo
de cáncer. Desde el punto de vista de la salud pública, es especialmente importante
proteger a los grupos de población más vulnerables. Las recomendaciones básicas de
fotoprotección se describen en la tabla 11.
Tabla 11
Consejos sobre la exposición solar
•
Evitar estar demasiado tiempo al sol. Para protegerse utilice parasoles, gorras, camisetas
y gafas de sol homologadas
•
Se aconseja empezar a tomar el sol de manera gradual y evitar la exposición prolongada
y a las horas de máxima intensidad, de las 11 a las 16 h
•
Ponerse siempre un protector solar elevado (superior a 20), sobre todo si tiene la
piel sensible. Aplicarlo en cantidad suficiente, un rato antes de la exposición y
periódicamente después de bañarse o si se suda mucho
•
Vigilar que los niños y la gente mayor tomen líquidos para estar hidratados. Los niños
menores de 6 meses deben estar a la sombra y con ropa que les proteja de la radiación
solar
•
Para evitar la deshidratación hay que beber mucha agua y no tomar muchas bebidas alcohólicas
•
En la playa, el agua y la arena reflejan la luz y aumentan la intensidad solar
Fuente: Exposición al sol. Disponible en: http://web.gencat.cat/es/actualitat/reportatges/seguretatplatges/exposicio-al-sol/index.html
A nivel poblacional, con pruebas limitadas sobre el cribado del cáncer de piel, no
se puede hacer una recomendación clara sobre el beneficio del cribado (tabla 9). Las
investigaciones futuras deben centrarse en evaluar la efectividad del cribado selectivo
en personas consideradas con mayor riesgo de cáncer de piel
106
.
Recomendaciones en cáncer piel, PAPPS 2018
•
No se recomienda el cribado sistemático del cáncer de piel en la población de riesgo
medio (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra)
•
En individuos con factores de riesgo elevado se recomienda el examen de la piel dirigido
a la identificación de lesiones sugestivas de cáncer (evidencia moderada, recomendación
fuerte a favor)
•
Se recomienda proporcionar consejo para evitar la exposición excesiva a la radiación
solar y recomendar el uso de protectores solares (evidencia moderada, recomendación
fuerte a favor)
Cáncer de tiroides
En España se estima que en el año 2015 se detectaron 2.442 nuevos casos de cáncer
de tiroides en mujeres y 865 en varones (tabla 1). Las estimaciones del cambio porcentual
en el número de casos para el período 1995-2005 es del 73,0% en varones y del 56,9%
en mujeres, y para el período 2005-2015, del 50,7 y el 28,8%, respectivamente
7
. En el año 2015 ocurrieron 337 defunciones
8
(tabla 1). La supervivencia relativa a los 5 años se estima en el 86,8% en las mujeres
y en el 75,6% en los varones
9
.
En función de su origen, el cáncer de tiroides se clasifica en 3 tipos histológicos:
a) cáncer derivado del epitelio tiroideo: carcinomas papilares y foliculares; b) cáncer
de células parafoliculares: carcinomas medulares, y c) carcinomas anaplásicos. Los
carcinomas papilares representan el 80-90% de los casos; desde 1992, la OMS incluye
el término de mi- crocarcinoma papilar de tiroides para denominar al cáncer papilar
< 1 cm.
Hasta hace unos años, la forma de presentación clínica del cáncer papilar de tiroides
era la presencia de un nódulo tiroideo asintomático y en algunos casos la aparición
de una adenopatía cervical. Actualmente, la mayoría de los casos se presenta como
hallazgos en la ecografía y biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF)107,108.
A partir de los registros de cáncer de calidad, la International Agency for Research
on Cancer (IARC) observa un patrón ascendente de las tasas de incidencia de cáncer
de tiroides en varios países de Europa durante los últimos 30 años
107
. El porcentaje estimado de casos sobrediagnosti- cados en mujeres durante el período
2003-2007 oscila entre el 70 y el 80% en Australia, Francia, Italia y Estados Unidos,
mientras que es aproximadamente del 50% en Japón, los países nórdicos, Inglaterra
y Escocia. Las curvas de edad muestran un patrón similar para los varones, aunque
menos pronunciado que en las mujeres, y los picos se presentan a edades más avanzadas.
El aumento en la incidencia se debe casi por completo a cánceres papilares pequeños
(< 2 cm), el tipo histológico más indolente. Las tasas de mortalidad se han mantenido
estables o han disminuido ligeramente.
En la República de Corea, en el contexto de un cribado poblacional para diversos cánceres,
se incluyó la ecografía de tiroides
108
. En el período 2003-2007, el cáncer de tiroides pasó a ser el más común diagnosticado
en mujeres, y se estima que el 90% de los casos detectados en ese período se deben
a sobrediagnóstico. Asimismo, resultados de un estudio finlandés
109
han mostrado que el 36% de las autopsias realizadas en personas sin antecedentes de
enfermedad tiroidea tenía un carcinoma papilar, la mayoría de ellos muy pequeños.
Los factores de riesgo del cáncer de tiroides no parecen reflejar el aumento de su
incidencia, aunque sí se han observado cambios en los patrones de las mutaciones somáticas
108
. La exposición a la radiación ionizante en el contexto de pruebas diagnósticas, el
sobrepeso y la diabetes también se han descrito como factores de riesgo al alza. No
obstante, el incremento del cáncer de tiroides se justifica, sobre todo, por la introducción,
a mediados de la década de 1980, de la ecografía y la PAAF.
La mayoría de los casos son cánceres papilares de bajo grado de malignidad. No obstante,
existen determinados factores que le confieren un peor pronóstico
108
: ser varón, edad mayor de 45 años, tamaño tumoral (> 1 cm), aunque algunos carcinomas
micronodulares de < 1 cm pueden ser potencialmente malignos, bilateralidad, multifocalidad,
presencia de metástasis linfáticas y presencia de mutación BRAF.
Recientemente, la USPSTF ha asignado una evidencia moderada con un nivel de recomendación
D (recomendación en contra del cribado) al cribado de cáncer de tiroides, dado que
la detección en personas asintomáticas ocasiona más daños que beneficios
110
. La mayoría de los cánceres se tratan con la extirpación de la glándula tiroides.
Los daños quirúrgicos permanentes más frecuentes de la tiroidectomía, con o sin disección
de los ganglios linfáticos, incluyen hipo- paratiroidismo (hipocalcemia) y la parálisis
recurrente del nervio laríngeo (parálisis de las cuerdas vocales). Las personas que
se han sometido a una tiroidectomía necesitarán tomar levotiroxina diariamente de
manera indefinida.
Recomendaciones en cáncer de tiroides, PAPPS 2018
•
En la población de riesgo medio asintomática, no se recomienda el cribado del cáncer
de tiroides (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra)
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.