Abstract Introduction: high sodium intake is a risk factor for diseases such as systemic arterial hypertension, stroke, left ventricular hypertrophy, and chronic kidney disease (CKD). Objective: to evaluate the correlation between estimated sodium intake by dietary intake and 24-hour urinary excretion in patients with non-dialysis CKD. Material and methods: a cross-sectional study with 151 individuals. Demographic, socioeconomic, clinical and lifestyle data were evaluated. Sodium was dosed in 24-hour urine and estimated by 24-hour Food Recall (R24h). To evaluate the association between demographic, anthropometric, nutritional and laboratory variables with sodium excretion in 24-hour urine, variance analysis (ANOVA) or Kruskal-Wallis test were used. The correlation between 24-hour urinary sodium excretion and dietary sodium intake was performed by Spearman's correlation coefficient. Results: mean age was 60.8 ± 11.8 years, 51.7 % were women. Hypertensive patients, 88.9 %; diabetics, 45.0 %; and 39.1 % were in stage 3B of CKD. Median sodium excretion in 24-hour urine was 112.2 mmol/L and R24h intake was 833.8 mg/day. Individuals belonging to the highest tertile of sodium excretion (T3) presented lower PTH values, and those with lower tertile (T1), higher serum HDL-c levels (p < 0.05). There was no statistical correlation between dietary sodium intake and 24-hour urine excretion (p-value = 0.241). Conclusion: the non-correlation between sodium obtained by 24-hour urinary excretion and dietary intake demonstrates the fragility of the estimation of sodium excretion through the dietary survey.
Resumen Introducción: la ingesta elevada de sodio es un factor de riesgo para enfermedades como la hipertensión arterial sistémica, el accidente cerebrovascular, la hipertrofia ventricular izquierda y la enfermedad renal crónica (ERC). Objetivo: evaluar la correlación entre la ingesta estimada de sodio y la excreción urinaria de 24 horas en pacientes con ERC sin diálisis. Métodos: estudio transversal con 151 individuos. Se evaluaron datos demográficos, socioeconómicos, clínicos y de estilo de vida. El sodio se cuantificó en orina de 24 horas y se estimó en Food Recall (R24h) de 24 horas. Para evaluar la asociación entre variables demográficas, antropométricas, nutricionales y de laboratorio con la excreción de sodio en orina de 24 horas, se utilizó el análisis de varianza (ANOVA) o la prueba de Kruskal-Wallis. La correlación entre la excreción urinaria de sodio de 24 horas y la ingesta de sodio en la dieta se realizó mediante el coeficiente de correlación de Spearman. Resultados: la edad media fue de 60,8 ± 11,8 años, el 51,7 % eran mujeres. Los pacientes hipertensos eran el 88,9 %; los diabéticos, el 45,0 %, y el 39,1 % se encontraban en estadio 3B de ERC. La mediana de excreción de sodio en orina de 24 horas fue de 112,2 mmol/L y la ingesta de R24h fue de 833,8 mg/día. Los individuos pertenecientes al tercil más alto de excreción de sodio (T3) presentaron valores de PTH más bajos y aquellos con niveles más bajos de tercil (T1), mayores niveles séricos de HDL-c (p < 0,05). No hubo correlación estadística entre la ingesta de sodio en la dieta y la excreción de orina durante 24 horas (valor p = 0,241). Conclusión: la ausencia de correlación entre el sodio obtenido por excreción urinaria de 24 horas y la ingesta dietética demuestra la fragilidad de la estimación de la excreción de sodio a través de la encuesta dietética.