Abstract Introduction: obese patients present an inflammatory and metabolic profile that leads to oxidative stress and cellular damage. Phase angle is an indicator of cellular integrity and has been proposed as a prognostic parameter for changes in the metabolic profile. Objective: to investigate the possible association between phase angle and metabolic parameters in obese patients. Material and method: this was a cross-sectional study of adult obese patients who attended a specialized clinic between 2014 and 2016. All patients were ≥ 18 years of age, with a body mass index ≥ 35 kg/m2. All data were obtained from medical records and made part of the clinical protocol. Patients were divided into two groups using a cutoff point for phase angle, and the groups were compared using the Kruskal-Wallis or Chi-squared test for quantitative and categorical variables, respectively. Correlations were identified by Spearman’s and Pearson’s correlation analyses. All between-group differences were considered statistically significant at p ≤ 0.05. Results: a low phase angle was present in 30.5 % of the 141 patients enrolled in the study. We found an association between low phase angle and presence of hyperuricemia (p = 0.018) when adjusted for waist circumference, dysglycemia, arterial hypertension, and hyperuricemia. There was no correlation between phase angle and the components of body composition. Conclusions: there is an association of phase angle with uric acid levels, but not with other metabolic parameters.
Resumen Introducción: los pacientes obesos presentan un perfil inflamatorio y metabólico que provoca estrés oxidativo y daño celular. El ángulo de fase es un indicador de integridad celular que se ha propuesto como parámetro pronóstico de los cambios del perfil metabólico. Objetivo: investigar la posible asociación entre el ángulo de fase y los parámetros metabólicos en pacientes obesos. Material y método: estudio transversal de pacientes obesos adultos que asistieron a una clínica especializada entre 2014 y 2016. Todos los pacientes tenían ≥ 18 años de edad y un índice de masa corporal ≥ 35 kg/m2. Todos los datos se obtuvieron de los registros médicos y formaron parte del protocolo clínico. Los pacientes se dividieron en dos grupos usando un punto de corte para el ángulo de fase, y los grupos se compararon usando la prueba de Kruskal-Wallis o del chi cuadrado para las variables cuantitativas y categóricas, respectivamente. Las correlaciones se identificaron mediante el análisis de correlación de Spearman y el de Pearson. Todas las diferencias entre grupos se consideraron estadísticamente significativas si p ≤ 0.05. Resultados: se observó un ángulo de fase bajo en el 30,5 % de los 141 pacientes incluidos en el estudio. Encontramos una asociación entre el ángulo de fase bajo y la presencia de hiperuricemia (p = 0.018) cuando se ajustó para la circunferencia de la cintura, la disglucemia, la hipertensión arterial y la hiperuricemia. No hubo correlación entre el ángulo de fase y los componentes de la composición corporal. Conclusiones: el ángulo de fase presenta asociación con los niveles plasmáticos de ácido úrico pero no con otros parámetros metabólicos.