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      Virus emergentes y reemergentes: un nuevo reto para la salud mundial del milenio Translated title: Emerging and re-emerging viruses: A new challenge for global health in this millennium

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          Abstract

          La historia de la humanidad siempre estuvo azotada por distintas emergencias sanitarias a raíz de conflictos bélicos, catástrofes naturales y grandes epidemias. Pero los «animálculos» de Anton van Leeuwenhoek del nuevo milenio apuntan específicamente a lo imprevisto, lo inesperado, lo nuevo. Estos «animálculos mileniales», los llamados virus emergentes y reemergentes, han provocado diferentes brotes, con consecuencias devastadoras para la salud y la economía global. Hace casi un siglo, la pandemia de gripe española causada por el virus de la influenza tipo A H1N1 condujo a la muerte de al menos 50 millones de personas en todo el mundo. Los hospitales estaban desbordados, las morgues también. La gripe española es un recordatorio constante de la devastación que una pandemia puede originar. El virus de la influenza tipo A es considerado actualmente un enemigo persistente e intermitente, al igual que el virus del Ébola (EBOV, por Ebola virus) y, más recientemente, los coronavirus. Estos brotes infecciosos pueden llegar a ser tan aterradores y letales como las guerras. Por ello, la emergencia del nuevo coronavirus de Wuhan (2019-nCoV, por 2019-novel coronavirus) ha encendido todas las alarmas: se sabe que es algo nuevo, pero no se sabe exactamente qué consecuencias puede tener para la salud a una escala global. En lo que va del milenio, 5 fueron las ocasiones en las que la OMS declaró la emergencia internacional epidemiológica: en 2009, con la gripe H1N1; en 2014, por el poliovirus y por el brote de EBOV, que volvió a ocurrir luego en 2019; y en 2016 por el virus del Zika (ZIKV, por Zika virus). Y el 30 de enero de 2020 lo volvió a hacer por el brote causado por el 2019-nCoV en China. Desde que se documentó el primer caso de neumonía atípica, en diciembre de 2019, ya se han confirmado 43.103 casos en 25 países, con al menos 1.018 víctimas fatales 9 , y las cifras van aumentando día a día. El origen de este brote estaría asociado con un mercado mayorista de pescados y mariscos de Huanan, en la ciudad de Wuhan (Hubei, China), donde, además, se vendían animales salvajes exóticos para consumo alimenticio, algunos de ellos potenciales reservorios de los coronavirus (civetas, murciélagos, serpientes) 3 . Este brote nos recuerda a lo acontecido en 2002 en la ciudad de Guangzhou (Guangdong, China) con el coronavirus asociado al síndrome agudo respiratorio grave (SARS-CoV, por severe acute respiratory syndrome-coronavirus), responsable de 8.098 casos, que tuvo una tasa de mortalidad del 9,6%. Dicho brote se propagó rápidamente a 29 países3, 7. La transmisión interhumana de ese virus se dio fundamentalmente en el ámbito hospitalario. De manera similar a lo que se informa ahora para el 2019-nCoV, el origen del brote de SARS-CoV se atribuye a un mercado de similares características que el de Huanan. En ese caso, la transmisión zoonótica del virus e incluso el salto de especie pudieron ser retrospectivamente demostrados, involucrando civetas y, posiblemente, murciélagos. Con respecto a ello, el análisis de los genomas secuenciados de coronavirus aislados de murciélagos demostró un 88-92% de similitud con el SARS-CoV 4 . Desde entonces, no se han documentado nuevos casos de neumonía atípica por SARS-CoV en el mundo. Sin embargo, en 2012, un nuevo coronavirus emergió en Arabia Saudita y causó nuevamente un cuadro de neumonía atípica denominado síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, por Middle East respiratory syndrome). A diferencia del SARS-CoV, el MERS-CoV no se propaga rápidamente, pero continúa emergiendo y reemergiendo en forma intermitente, produciendo casos esporádicos. Desde el caso índice ocurrido en 2012 hasta hoy, se han registrado 2.465 infectados en 27 países, con una tasa de mortalidad del 34,4%. La mayoría de los casos se registraron en Arabia Saudita1, 3. El contagio es a través del contacto directo con camellos, dromedarios o derivados de ellos. Sin embargo, los murciélagos actuarían como el reservorio natural de este coronavirus, de manera similar que con el SARS-CoV y, probablemente, con el 2019-nCoV. Otro virus que reemergió en este milenio y cuyo reservorio en la naturaleza es también un murciélago es el EBOV. El primer brote se originó en 2013 en Guinea y se propagó luego por otros países de África Occidental; este virus llegó incluso a España y EE. UU. En 2016, año en el que la OMS consideró finalizada la emergencia sanitaria, se contabilizaron 28.000 casos y 11.300 fallecidos 6 . En 2019, la OMS declaró otra emergencia por EBOV, por la aparición de un nuevo brote en la región de Kivu, en la República Democrática del Congo. Hasta el momento se confirmaron 3.432 casos y 2.249 fallecidos 8 . Se podría decir que los nuevos coronavirus emergentes nos tomaron por «sorpresa», al desconocer el agente causal, el modo de transmisión, la epidemiología, el diagnóstico, la prevención y el control. Sin embargo, la pandemia por H1N1 que aconteció en 2009 no fue sorpresiva. Simplemente, no estuvimos preparados para responder a tiempo, pues ya por entonces era ampliamente conocida la epidemiología y la patogenia de dicho virus, así como su capacidad para mutar, diseminarse rápidamente por todo el mundo e, incluso, matar 2 . A pesar de ello, las vacunas antigripales y los antivirales requeridos para el tratamiento de la gripe no llegaron a varios de los países afectados de manera oportuna. La pandemia por virus H1N1 o gripe porcina de 2009 dejó un saldo de 60,8 millones de casos y 12.469 muertes. Una lección interesante es la que nos enseña el virus del sarampión. Pese a estar preparados y prevenidos, en el año 2019 se registró un brote a nivel mundial con 413.308 casos confirmados, que también afectó al continente americano, declarado libre de virus de sarampión endémico en 2016. En los últimos años, Oceanía y América han sido testigos de la emergencia abrupta y explosiva de otro virus, el ZIKV, cuyo patrón epidemiológico es similar al de otros arbovirus, como el virus del dengue, el virus del Nilo Occidental y el virus Chikungunya. Todos ellos han emergido o reemergido y se han diseminado de forma global. En 2015, el ZIKV llegó a Brasil proveniente del Pacífico, y se propagó de forma rápida por América del Sur, América Central, el Caribe y México 5 . Si bien la mayoría de las infecciones por arbovirus son asintomáticas o no revisten gravedad, la transmisión del ZIKV durante el embarazo puede ocasionar defectos congénitos graves, como la microcefalia. Mientras continúa la propagación del 2019-nCoV, las autoridades de China confirmaron recientemente la aparición de un brote de gripe aviar H5N1 en la provincia de Hunan, fronteriza con la provincia de Hubei, epicentro del 2019-nCoV. Por el momento no ha habido seres humanos afectados, pese a que 4.500 aves de corral fallecieron y otras 17.828 debieron ser eutanasiadas para controlar el brote. Una única persona puede iniciar un brote, que velozmente puede propagarse a ciudades y países distantes. El calentamiento global, la deforestación y consecuente interacción con ecosistemas relativamente vírgenes, la facilidad y velocidad de los viajes entre diferentes regiones, la migración animal y el comercio plantean amenazas para la salud global, pues contribuyen a la propagación de enfermedades, antes limitadas a zonas geográficas específicas, y a la emergencia y reemergencia de estos «animálculos mileniales». Dado que muchos de estos patógenos son zoonóticos, atender a la sanidad y el bienestar de los animales de forma sostenida contribuiría a mejorar la salud humana y, a su vez, la salud animal, idea englobada en el concepto de «una sola salud». Las enseñanzas suministradas por los brotes de SARS-CoV y MERS-CoV del pasado cobran especial relevancia si consideramos las tempranas acciones tomadas por parte de las autoridades chinas para contener la propagación del 2019-nCoV: reporte rápido de los primeros casos de neumonía atípica en Wuhan; clausura inmediata del mercado de mariscos y animales de Huanan; aislamiento de la ciudad epicentro del brote; pronta disposición pública de la secuencia genómica completa del nuevo coronavirus; construcción en apenas 10 días de un hospital en la ciudad de Wuhan, para tratar a los pacientes que presenten síntomas asociados a 2019-nCoV, entre otras. Un aspecto que merece ser destacado es la seguridad de los profesionales de la salud. Los brotes por SARS-CoV, MERS-CoV y EBOV, en los que varios profesionales de la salud fueron gravemente afectados, nos mostraron que ese era un punto crítico en el que debíamos mejorar. Pues, si ellos no están protegidos, ¿cómo van a poder ayudar a los enfermos? Sabemos que es cuestión de tiempo que una próxima pandemia comience. No sabemos dónde ni cómo, pero ocurrirá en algún momento, nuevamente. El brote de 2019-nCoV nos demuestra que aún quedan varias lecciones por aprender, y dispara una pregunta clave: ¿estamos preparados para prevenir y responder a tiempo frente a la emergencia y reemergencia de nuevos virus que amenazan la salud mundial?

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          The continuing 2019-nCoV epidemic threat of novel coronaviruses to global health — The latest 2019 novel coronavirus outbreak in Wuhan, China

          The city of Wuhan in China is the focus of global attention due to an outbreak of a febrile respiratory illness due to a coronavirus 2019-nCoV. In December 2019, there was an outbreak of pneumonia of unknown cause in Wuhan, Hubei province in China, with an epidemiological link to the Huanan Seafood Wholesale Market where there was also sale of live animals. Notification of the WHO on 31 Dec 2019 by the Chinese Health Authorities has prompted health authorities in Hong Kong, Macau, and Taiwan to step up border surveillance, and generated concern and fears that it could mark the emergence of a novel and serious threat to public health (WHO, 2020a, Parr, 2020). The Chinese health authorities have taken prompt public health measures including intensive surveillance, epidemiological investigations, and closure of the market on 1 Jan 2020. SARS-CoV, MERS-CoV, avian influenza, influenza and other common respiratory viruses were ruled out. The Chinese scientists were able to isolate a 2019-nCoV from a patient within a short time on 7 Jan 2020 and perform genome sequencing of the 2019-nCoV. The genetic sequence of the 2019-nCoV has become available to the WHO on 12 Jan 2020 and this has facilitated the laboratories in different countries to produce specific diagnostic PCR tests for detecting the novel infection (WHO, 2020b). The 2019-nCoV is a β CoV of group 2B with at least 70% similarity in genetic sequence to SARS-CoV and has been named 2019-nCoV by the WHO. SARS is a zoonosis caused by SARS-CoV, which first emerged in China in 2002 before spreading to 29 countries/regions in 2003 through a travel-related global outbreak with 8,098 cases with a case fatality rate of 9.6%. Nosocomial transmission of SARS-CoV was common while the primary reservoir was putatively bats, although unproven as the actual source and the intermediary source was civet cats in the wet markets in Guangdong (Hui and Zumla, 2019). MERS is a novel lethal zoonotic disease of humans endemic to the Middle East, caused by MERS-CoV. Humans are thought to acquire MERS-CoV infection though contact with camels or camel products with a case fatality rate close to 35% while nosocomial transmission is also a hallmark (Azhar et al., 2019). The recent outbreak of clusters of viral pneumonia due to a 2019-nCoV in the Wuhan market poses significant threats to international health and may be related to sale of bush meat derived from wild or captive sources at the seafood market. As of 10 Jan 2020, 41 patients have been diagnosed to have infection by the 2019-nCoV animals. The onset of illness of the 41 cases ranges from 8 December 2019 to 2 January 2020. Symptoms include fever (>90% cases), malaise, dry cough (80%), shortness of breath (20%) and respiratory distress (15%). The vital signs were stable in most of the cases while leucopenia and lymphopenia were common. Among the 41 cases, six patients have been discharged, seven patients are in critical care and one died, while the remaining patients are in stable condition. The fatal case involved a 61 year-old man with an abdominal tumour and cirrhosis who was admitted to a hospital due to respiratory failure and severe pneumonia. The diagnoses included severe pneumonia, acute respiratory distress syndrome, septic shock and multi-organ failure. The 2019-nCoV infection in Wuhan appears clinically milder than SARS or MERS overall in terms of severity, case fatality rate and transmissibility, which increases the risk of cases remaining undetected. There is currently no clear evidence of human to human transmission. At present, 739 close contacts including 419 healthcare workers are being quarantined and monitored for any development of symptoms (WHO, 2020b, Center for Health Protection and HKSAR, 2020). No new cases have been detected in Wuhan since 3 January 2020. However the first case outside China was reported on 13th January 2020 in a Chinese tourist in Thailand with no epidemiological linkage to the Huanan Seafood Wholesale Market. The Chinese Health Authorities have carried out very appropriate and prompt response measures including active case finding, and retrospective investigations of the current cluster of patients which have been completed; The Huanan Seafood Wholesale Market has been temporarily closed to carry out investigation, environmental sanitation and disinfection; Public risk communication activities have been carried out to improve public awareness and adoption of self-protection measures. Technical guidance on novel coronavirus has been developed and will continue to be updated as additional information becomes available. However, many questions about the new coronavirus remain. While it appears to be transmitted to humans via animals, the specific animals and other reservoirs need to be identified, the transmission route, the incubation period and characteristics of the susceptible population and survival rates. At present, there is however very limited clinical information of the 2019-nCoV infection and data are missing in regard to the age range, animal source of the virus, incubation period, epidemic curve, viral kinetics, transmission route, pathogenesis, autopsy findings and any treatment response to antivirals among the severe cases. Once there is any clue to the source of animals being responsible for this outbreak, global public health authorities should examine the trading route and source of movement of animals or products taken from the wild or captive conditions from other parts to Wuhan and consider appropriate trading restrictions or other control measures to limit. The rapid identification and containment of a novel coronavirus virus in a short period of time is a re-assuring and a commendable achievement by China’s public health authorities and reflects the increasing global capacity to detect, identify, define and contain new outbreaks. The latest analysis show that the Wuhan CoV cluster with the SARS CoV.10 (Novel coronavirus - China (01): (HU) WHO, phylogenetic tree Archive Number: 20200112.6885385). This outbreak brings back memories of the novel coronavirus outbreak in China, the severe acute respiratory syndrome (SARS) in China in 2003, caused by a novel SARS-CoV-coronavirus (World Health Organization, 2019a). SARS-CoV rapidly spread from southern China in 2003 and infected more than 3000 people, killing 774 by 2004, and then disappeared – never to be seen again. However, The Middle East Respiratory Syndrome (MERS) Coronavirus (MERS-CoV) (World Health Organization, 2019b), a lethal zoonotic pathogen that was first identified in humans in the Kingdom of Saudi Arabia (KSA) in 2012 continues to emerge and re-emerge through intermittent sporadic cases, community clusters and nosocomial outbreaks. Between 2012 and December 2019, a total of 2465 laboratory-confirmed cases of MERS-CoV infection, including 850 deaths (34.4% mortality) were reported from 27 countries to WHO, the majority of which were reported by KSA (2073 cases, 772 deaths. Whilst several important aspects of MERS-CoV epidemiology, virology, mode of transmission, pathogenesis, diagnosis, clinical features, have been defined, there remain many unanswered questions, including source, transmission and epidemic potential. The Wuhan outbreak is a stark reminder of the continuing threat of zoonotic diseases to global health security. More significant and better targeted investments are required for a more concerted and collaborative global effort, learning from experiences from all geographical regions, through a ‘ONE-HUMAN-ENIVRONMENTAL-ANIMAL-HEALTH’ global consortium to reduce the global threat of zoonotic diseases (Zumla et al., 2016). Sharing experience and learning from all geographical regions and across disciplines will be key to sustaining and further developing the progress being made. Author declarations All authors have a specialist interest in emerging and re-emerging pathogens. FN, RK, OD, GI, TDMc, CD and AZ are members of the Pan-African Network on Emerging and Re-emerging Infections (PANDORA-ID-NET) funded by the European and Developing Countries Clinical Trials Partnership the EU Horizon 2020 Framework Programme for Research and Innovation. AZ is a National Institutes of Health Research senior investigator. All authors declare no conflicts of interest.
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            Coronavirus Infections—More Than Just the Common Cold

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              MERS-CoV: transmisión y el papel de nuevas especies hospederas

              El síndrome respiratorio del Medio Oriente [the Middle East Respiratory Syndrome (MERS)] es una enfermedad respiratoria de humanos producida por un nuevo coronavirus (MERS-CoV). Los síntomas de la infección, si los hay, son comunes a otras enfermedades respiratorias (fiebre, tos, dificultad para respirar, neumonía) y aquella puede afectar a distintos grupos etarios. Tres a cuatro de cada diez personas infectadas con MERS-CoV mueren por la edad avanzada o debido a otras enfermedades crónicas subyacentes. Esta enfermedad fue comunicada por primera vez en 2012 en Arabia Saudita, lo cual dio origen a su actual nombre. Todos los casos registrados hasta ahora han ocurrido en Medio Oriente o tuvieron relación con individuos que visitaron esa zona. Se han informado casos en Corea del Sur, Abu Dabi, Qatar, Líbano, Argelia, Jordania, Irán, Omán, Kuwait, Estados Emiratos Árabes, Yemen, Bangladesh, Filipinas, China, Túnez, Malasia, Tailandia, Turquía, Italia, Grecia, Francia, Austria, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos de Norteamérica 11 . Aunque parezca que posee gran capacidad de propagación, los números sugieren que este virus no se transmite eficientemente de un individuo a otro, a menos que el contacto sea muy estrecho. No hay evidencias, por ejemplo, de contagio entre personas compartiendo vuelos comerciales y la transmisión entre miembros de una misma familia es muy baja. El común denominador es el contacto con sujetos enfermos en un ambiente hospitalario. Tal es lo que ocurrió con los dos casos detectados en Estados Unidos en mayo de 2014: individuos relacionados con el cuidado de enfermos y que regresaban de Arabia Saudita. Las mismas características se observaron en los casos detectados en Italia, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Uno de los brotes que ha causado más preocupación, por la rapidez en desarrollarse y por el número de personas afectadas, ha sido el de Corea del Sur en mayo de 2015 (41 enfermos, 4 muertes). El caso índice corresponde a un individuo que había estado de visita en Arabia Saudita y, como en otros casos, fue atendido en un hospital, en donde se produjo la mayoría de los contagios. Resulta interesante la hipótesis de que el alto número de individuos que se infectaron en un tiempo extremadamente corto se haya originado a raíz de un problema de ventilación en la habitación del caso índice. Ello habría conducido a una elevada concentración viral en el ambiente y a la infección simultánea de varios individuos presentes en dicho lugar 8 . Hasta el momento (octubre de 2015) se han registrado 1523 casos en todo el mundo, con 544 muertes 11 . La secuenciación nucleotídica y posterior análisis filogenético de varios aislamientos de MERS-CoV provenientes de Arabia Saudita reveló la circulación de varios genotipos virales, con un perfil de transmisión que guarda relación con el movimiento de personas infectadas, pero también con eventos zoonóticos esporádicos (movimiento desde un reservorio animal o de productos animales). En algunos casos, como ocurrió con el brote registrado en la ciudad de Al-Hasa en Arabia Saudita, se pudo comprobar claramente que si bien hubo transmisión entre personas, el caso índice fue producto de un evento zoonótico. Los distintos genotipos de MERS-CoV asociados a brotes individuales también parecen reflejar incidentes aislados 2 . Los estudios filogenéticos permitieron calcular la tasa evolutiva de este virus. Se halló evidencia de su emergencia en el año 2011, quizás a partir de un virus ancestral de murciélagos, pero con la probable existencia de un hospedero intermediario, fuente de la infección en humanos. ¿Cuáles podrían ser los reservorios más probables? Animales domésticos tales como ovinos, caprinos, bovinos, porcinos y aves, tanto domésticas como silvestres, fueron estudiados serológicamente, pero no mostraron evidencia de positividad. Luego, las miradas se dirigieron a un animal muy común en Arabia Saudita, el camello dromedario. Al principio, los hallazgos fueron muy alentadores, ya que los datos serológicos indicaban que el 90 % de estos animales en Arabia Saudita había tenido contacto con el virus. Más aún, cuando se analizaron muestras de sueros de épocas anteriores, se pudo determinar que el virus había estado circulando en camellos dromedarios en Arabia Saudita al menos desde 1992, y en Somalia y Sudán desde 1983. Más tarde se logró aislar al MERS-CoV de camellos dromedarios. Las secuencias nucleotídicas virales obtenidas de estos aislamientos coincidieron con las halladas en los brotes ocurridos en humanos en el mismo lugar 5 . Varios países (Qatar, Omán, Kuwait, Arabia Saudita, Irán y Egipto) han informado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) haber detectado el agente en camellos. Todo esto hizo pensar que, efectivamente, esta especie animal era la fuente de las infecciones en humanos. Sin embargo, los estudios realizados para detectar evidencia serológica de infección en personas que han estado en estrecho contacto y por períodos de tiempo prolongados con camellos dromedarios, como aquellos que los crían, han arrojado resultados desalentadores 6 . Esto no descartaría la trasmisión a humanos, pero indicaría que dicho evento es raro, tal como sería la transmisión interhumana. Si el virus ha estado circulando en los camellos dromedarios por tan largo tiempo, indudablemente no es tan fácil su transmisión al ser humano. Esta serie de observaciones sugieren que MERS-CoV es un virus no totalmente adaptado para propagarse. Es por ello que muchos piensan que MERS-CoV no representa realmente una amenaza pandémica. La infección de camellos dromedarios con MERS-CoV, según un comité ad hoc de la OIE reunido en agosto de 2014, no reúne los criterios para ser incluida en su lista de enfermedades de denuncia obligatoria. Sin embargo, se decidió que debido a su «potencial» capacidad zoonótica, deberá ser comunicada como una enfermedad emergente 12 . A pesar de todas estas evidencias, hasta que no se obtengan datos concluyentes sobre el papel del camello en la epidemiología de esta enfermedad, el reino de Arabia Saudita ha prohibido para este año 2015 el sacrificio de estos animales como parte de los rituales que se realizan en conmemoración del Hajj anual (peregrinación a la Meca). Asimismo, se ha desalentado el consumo de carne de camello (lo cual ocurre en grandes cantidades en este evento), aunque en realidad lo que se intenta evitar es el contacto estrecho con estos animales. ¿Es posible infectar experimentalmente al camello dromedario? Efectivamente, la infección experimental de este animal con un aislamiento de MERS-CoV produjo una enfermedad respiratoria leve, de corta duración. La excreción de virus fue abundante y ocurrió durante 7 días, aunque la detección de genoma viral por RT-PCR en las secreciones de los animales infectados alcanzó los 35 días posinoculación 1 . Este experimento demostró claramente que el camello dromedario podría ser, en efecto, una fuente del agente viral, y que el animal infectado podría cursar la enfermedad con un cuadro no muy evidente. Una observación interesante de este estudio fue que los animales menores de dos años sufrían una enfermedad mucho más grave que los adultos luego de la infección experimental. Esto dio base a la teoría de que las infecciones en humanos ocurren siguiendo un ciclo que coincide con la época de cría de los camellos dromedarios 13 . El MERS-CoV pertenece al linaje C del género Betacoronavirus (familia Coronaviridae) y se reconocen hasta el momento al menos dos clados. Los primeros aislamientos de MERS-CoV pertenecían al hoy denominado clado A, mientras que algunas nuevas secuencias nucleotídicas, entre ellas la aislada de los dromedarios, se agrupan en el clado B 6 . Tanto el MERS-CoV como el virus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), otro coronavirus, parecen haber tenido un origen común lejano en los murciélagos, ya que en ellos se detectan coronavirus muy semejantes, como el coronavirus de la especie Tylonycteris (BtCoV-HKU4), el coronavirus de la especie Pipistrellus (Bt-HKU5) y el coronavirus de la especie Nycteris. De alguna manera, estos virus que circulan en murciélagos fueron transmitidos al camello a mediados de los noventa, y a partir de dicho animal se generó cierta variante viral que pudo, más tarde, infectar a los humanos. Quizás pudo haber sido el mismo murciélago el que generó la variante que infectó a dromedarios y humanos, ya que un virus idéntico al MERS-CoV del caso índice fue también identificado en el murciélago egipcio de las tumbas (Taphozous perforatus) 10 . Cabe destacar que algunos investigadores o grupos de investigadores señalan que el inicio de las infecciones en humanos parece coincidir con la finalización del período de hibernación de estos murciélagos, momento en que empiezan a ingerir mucho alimento (marzo, abril). Sus excreciones pueden contaminar plantaciones de palmeras, que actúan como fuente de infección de los camellos que ingieren pasturas cerca de ellas. El calor de los meses siguientes ayudaría a controlar la transmisión viral hasta la llegada de la hibernación siguiente 4 . En el laboratorio, el MERS-CoV ha empezado a revelar sus características particulares. Diferente de otros coronavirus, aun del muy cercano SARS, el MERS-CoV reconoce el receptor celular CD26 (receptor dipeptidil peptidasa 4, DDP4 o CD26) a través de su proteína S (de la palabra spike, por espícula en inglés) de superficie, que posee dos subunidades: S1 y S2. La subunidad S1 está involucrada en el reconocimiento directo del receptor celular, mientras que la S2 participa en la fusión entre las membranas celulares y virales 3 . De manera similar a otros tipos virales, estas dos subunidades deben ser clivadas por proteasas específicas de especie y de tejido, lo cual determina un rango particular de hospedero y un tropismo tisular definido. Por ejemplo, dos mutaciones en este gen otorgaron al BtCoV-HKU4 de los murciélagos la habilidad de reconocer el receptor en las células humanas 14 . ¿Qué hace virulento al MERS-CoV? Siguiendo otros ejemplos virales, se supone que algunas de sus proteínas no estructurales pueden estar asociadas a su alto poder patogénico. Como en el SARS, existe una proteína no estructural (NS1) que interfiere con los ARN mensajeros (ARNm) celulares, pero en el MERS-CoV su mecanismo de acción difiere de cualquier otro descrito con anterioridad. Sorprendentemente, el virus inhibe la traducción de los ARNm celulares en el citoplasma sin afectar los propios, conduciendo así a una profunda disminución en la síntesis de proteínas celulares 9 . En este momento, muchos laboratorios en el mundo investigan diferentes antivirales y estrategias de vacunación para hacer frente a esta nueva enfermedad. Para ello, resulta crucial conocer a este agente en detalle y encontrar sus blancos terapéuticos potenciales, hecho que hace necesario, en consecuencia, contar con un modelo de laboratorio adecuado. El ratón fue la primera elección. La inoculación del MERS-CoV en ratones Balb-c y ratones knock-out para transductores de la señal de interferón (STAT-1) no logró producir síntomas de la enfermedad o permitir la recuperación de virus a partir de homogenatos de pulmón. La transducción del supuesto receptor del MERS-CoV humano (DPP4) en ratones vía adenovirus condujo a la aparición de síntomas semejantes a los observados en personas 15 . En primates no humanos como monos rhesus (Macaca mulatta) y monos marmoset comunes (Callithrix jacchus), la infección con el MERS-CoV solo produjo síntomas respiratorios 7 . Es probable, entonces, que en estos animales se trate de un proceso de adaptación todavía en marcha, similarmente a lo descrito en camellos dromedarios y a lo que ocurre en la mayoría de los humanos infectados. Actualmente solo los individuos comprometidos inmunológicamente parecen estar en riesgo, tal como se ha observado para otros agentes virales, como el virus influenza. Sin embargo, no debemos olvidar que este virus, al igual que todos los virus de ARN, tiene una gran capacidad para generar mutantes que se adaptan rápidamente a las diferentes presiones de selección. Los camellos dromedarios y los humanos probablemente estén representando cuellos de botella para un virus surgido, al parecer, de los murciélagos. En la actualidad, el MERS-CoV ha logrado replicar en humanos y en camellos. Necesitará ahora de un tiempo para lograr perfeccionar lo que todavía no hace bien, es decir, transmitirse eficientemente entre individuos.
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                Contributors
                Journal
                Rev Argent Microbiol
                Rev. Argent. Microbiol
                Revista Argentina De Microbiologia
                Asociación Argentina de Microbiología. Published by Elsevier España, S.L.U.
                0325-7541
                0325-7541
                27 February 2020
                January-March 2020
                27 February 2020
                : 52
                : 1
                : 1-3
                Affiliations
                [0005]Editoras de la Revista Argentina de Microbiología, Buenos Aires, Argentina
                Author notes
                [* ]Autor para correspondencia. marilucuestas@ 123456gmail.com
                Article
                S0325-7541(20)30003-1
                10.1016/j.ram.2020.02.001
                7130730
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                © 2020 Asociación Argentina de Microbiología. Published by Elsevier España, S.L.U.

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