La hepatitis causada por el virus de la hepatitis C frecuentemente evoluciona hacia una enfermedad crónica con varias manifestaciones extrahepáticas, de autoinmunidad, y la posible formación de autoanticuerpos con diversas especificidades. La deficiencia del componente C1q del sistema complemento afecta la eliminación de células infectadas mediante la apoptosis, el mantenimiento de la tolerancia inmunológica y favorece el desarrollo del lupus eritematoso sistémico, en particular, y de los fenómenos autoinmunes, en general; todo lo cual pudiera agravarse por la presencia de anticuerpos anti-C1q. En este trabajo se determinó la prevalencia de los anticuerpos anti-C1q en 39 pacientes (23 femeninos y 16 masculinos) y 109 controles por un ensayo inmunoenzimático tipo ELISA (Anti-C1q ORGENTEC Diagnostika GmbH). Se observó una frecuencia significativamente mayor (p < 0,05) de estos autoanticuerpos en el grupo de pacientes con respecto al grupo control. Al comparar los pacientes según el sexo, la proporción de casos positivos resultó significativamente mayor (p < 0,05) en el sexo femenino, y cuando se clasificaron los pacientes en un grupo de 14 hematológicos y otro de 25 no hematológicos, se observó que la proporción de casos con autoanticuerpos anti-C1q en el grupo de los hematológicos fue muy inferior. Resulta importante realizar una evaluación longitudinal de los pacientes para detectar tempranamente la aparición de autoanticuerpos, profundizar en el conocimiento de su posible relación con las manifestaciones de autoinmunidad, con la aparición de otros autoanticuerpos, así como la posible influencia en su tratamiento.
Hepatitis C often develops into a chronic disease with several extrahepatic manifestations, autoimmunity, and the possible formation of autoantibodies with different specificities. C1q deficiency affects the elimination of infected cells by apoptosis, the maintenance of immunological tolerance and it also favors the development of systemic lupus erythematosus in particular and of autoimmune phenomena in general, all of which could be exacerbated by the presence of anti-C1q. In this study, the prevalence of anti-C1q antibodies in 39 patients (23 females and 16 males) and 109 controls was determined by an ELISA type immunoassay (Anti-C1q ORGENTEC Diagnostika GmbH). A significantly higher frequency (p < 0.05) of these autoantibodies was observed in the patients group than in the control group. When separating the patients according to sex, the proportion of positive cases were significantly higher (p < 0.05) in females; and when the patients were divided into a group of 14 hematological and 25 nonhematological the proportion of cases with anti -C1q in the hematological group was lower. We concluded that it would be important to perform a longitudinal evaluation of our patients that will allow us to detect the early appearance of autoantibodies, to deepen our knowledge of their possible connection to autoimmune conditions, to the appearance of other autoantibodies, as well the possible influence of treatment.