Taylor y Honneth han enfatizado la importancia del reconocimiento intersubjetivo de la identidad cultural como parte integrante del desarrollo de la autoconciencia moral de los individuos en las sociedades actuales. El multiculturalismo, a través de la categoría clave del «reconocimiento», ha buscado la fundamentación de la nueva legitimación política basándose en el reconocimiento de los derechos culturales. De este modo, el multiculturalismo ha alcanzado dos importantes objetivos: por una parte, la universal e igual dignidad sociocultural de las culturas, y por otro lado el reconocimiento y la tutela de la identidad única de los particulares grupos étnico-culturales. Sin embargo, la filosofía intercultural ha superado los límites del multiculturalismo, y esto ha llevado a Panikkar a definir el diálogo como el arte de conocerse a sí mismo y al otro, como conciencia que ambos conocimientos son incompletos. Nuestra cultura occidental ha estado dominada por diversos mitos, los cuales son más difíciles de cambiar que las ideas. Panikkar indica que el mythos tiene una vida más larga, tiene raíces más profundas y sutiles que el logos en los individuos. Y enseña cómo algunos mitos colectivos han sido peligrosos, en formas de racismo o de nacionalismo (ariano, hebreo, japonés, blanco, neg gro) o de antiterrorismo, entre otros. Según Panikkar, ningún hombre está por encima de su propia cultura, siendo imposible un «contrato cultural» a semejanza del «contrato social». De manera tal que existen confines horizontales y verticales entre las culturas. De esta manera, según Panikkar el diálogo nos lleva a la trascendencia y a la superación de nuestros límites culturales y horizontales. Evidentemente, desde su perspectiva, este diálogo sobrentiende el diálogo interreligioso, por cuanto el alma de la cultura es la religión.
Taylor y Honneth have emphasized the importance of the inter-subjective recognition of cultural identity as an integrating part of the development of moral conscience in individuals in current societies. Multiculturalism, through the key category of «recognition», has sought foundations in the new political legitimation, based on the recognition of cultural rights. In this way, multiculturalism has reached two important objectives: on the one hand, the universal and equal socio-cultural dignity of cultures, and on the other, recognition of the tutelage of the sole identity of a particular ethnic-cultural group. Nevertheless, intercultural philosophy has overcome the limits of multiculturalism, and this has led Panikkar to define dialog as the art of knowing one’s self and the other, as awareness that both knowings are incomplete. Our western culture has been dominated by diverse myths, which are more difficult to change than ideas. Panikkar indicates that mythos has a longer life and deeper, more subtle roots than logos in individuals. He teaches how some collective myths have been dangerous in the forms of racism or nationallism (Aryan, Hebrew, Japanese, white, black) or anti-terrorism, among others. According to Panikkar, no man is above his own culture and a «cultural contract» similar to a «social contract» is impossible. Horizontal and vertical confines exist among cultures. According to Panikkar, dialog leads us to transcendence and the overcoming of our cultural and horizontal limits. Evidently, from his perspective, this dialog includes inter-religious dialog, because the soul of culture is religion.