La drogadicción endovenosa es un factor predisponente para el desarrollo de endocarditis infecciosa y la cocaína, en especial la administrada por vía endovenosa, puede producir daño a nivel del endotelio valvular que favorecería el desarrollo de la misma. Estudiamos un grupo de adictos a la cocaína para evaluar la posible existencia de alteraciones valvulares. Se estudiaron, con ecocardiografía y Doppler, a 98 pacientes adictos a la cocaína, por vía endovenosa y/o inhalatoria y se comparó con un grupo de 50 personas no drogadictas. Se definieron las lesiones valvulares como engrosamiento valvular y lesiones del tipo "arrosariado". La edad promedio de los drogadictos fue de 29.1 años (DS 8.31) con un máximo de 66 y mínimo de 14 años; 93 eran de sexo masculino y 45 admitieron adicción endovenosa. Veinte casos tuvieron serología positiva para virus HIV, de los cuales todos excepto uno, reconocieron utilizar la vía endovenosa. El grupo control tuvo una edad promedio de 26.78 años (DS 3.49) y 96% eran de sexo masculino. No hubo diferencias significativas en edad ni sexo entre los dos grupos. El 22.45% de los adictos presentaron lesiones valvulares mientras que no la presentó ninguno del grupo control (p=0.0007). La incidencia de lesiones fue significativamente mayor en la válvula tricúspide (p=0.0004). No se detectó disfunción valvular en ninguno de los casos estudiados, ni se halló diferencia en la presencia de alteraciones valvulares entre los pacientes con y sin reactividad para infección HIV. La prevalencia de afectación valvular en función de la vía de administración de la droga fue significativamente mayor en los pacientes con adicción endovenosa en relación con la vía inhalatoria, 40% versus 7.5% (p= 0.0001). En el presente estudio hemos observado que un porcentaje de adictos a la cocaína presentaba alteraciones valvulares, siendo la tricúspide la más comprometida y en ningún caso hemos encontrado insuficiencia valvular significativa. Las lesiones halladas podrían ser el sustrato anatómico de la infección endocárdica observada frecuentemente en drogadictos endovenosos, que se localiza predominantemente sobre la válvula tricúspide.
Intravenous drug-addiction is one of the susceptible factors for the development of infectious endocarditis and cocaine, especially when administered intravenously, can produce damage at the level of the valvular endothelium. We have studied a group of cocaine addicts to evaluate the possible existence of valvular alterations. Ninety-eight patients, addicts to intravenous injection and/or nasal insufflation, have been studied with Doppler and echocardiography and they were compared with a non-addict group of fifty persons. Valvular lesions were defined as valvular enlarging and "beaded appearance" lesions. The average age of drug-addicts was 29.1 years (SD 8.31) with a maximum of 66 year and a minimum of 14 years. Ninety-three of them were males and forty-five of them admitted to be intravenous addicts. Twenty cases showed positive serology for HIV. All of them, except one, recognized having used the intravenous route. The control group was 27.78 years old (SD 3.49) and 96% were males. Valvular lesions were found in 22.45% of addicts while no one in the control group showed any lesion (p=0.0007). Lesions were significantly larger in the tricuspid valve (p=0.0004). No valvular dysfunction was detected in any of the studied cases. No differences have been noticed in valvular alterations among HIV infected patients with and without reactivity to the treatment. The prevalence of valvular affection considering the way of drug administration was significantly higher in patients with intravenous addiction compared to nasal insufflation addicts, 40% versus 7.5% (p=0.0001). A percentage of cocaine addicts here studied presented valvular alterations research being the tricuspid valve the most frequently involved. No significant valvular failure has been detected. The observed lesions could correspond to the anatomic substratum of an endocardic infection, frequently observed in intravenous drug-addicts with lesions, usually located in the tricuspid valve.