Introducción: La prevalencia de la insuficiencia renal crónica se encuentra en aumento en todo el mundo. El adecuado abordaje de las patologías afectivas que la acompañan exige realizar un diagnóstico diferencial y tomar en cuenta las complejas interacciones psicosociales y biológicas que las originan. Método: Revisión de la literatura sobre trastornos afectivos en pacientes que reciben diálisis. Resultados: En esta población, los trastornos psiquiátricos más frecuentes son la ansiedad y la depresión, en sus distintas presentaciones. La evaluación de esta última se complica por su traslape sintomatológico con la insuficiencia renal crónica, clínicamente difícil de diferenciar. Por ello los distintos estudios muestran prevalencias muy diferentes, dependiendo de la escala utilizada, su modo de aplicación y enfoque diagnóstico. Conclusiones: El abordaje del paciente que recibe diálisis debe incluir equipos multidisciplinarios que empleen estrategias psicoterapéuticas y consideren elementos individuales, familiares y las interacciones desde el punto de vista sistémico, que se generan dentro de la unidad de diálisis. Además, se debe analizar el círculo vicioso entre depresión, ansiedad, deterioro cognitivo y enfermedad cerebro-vascular. Podría tratarse de una patología mucho más compleja de lo que inicialmente se consideró, que al tener elementos de lesión cerebral permanente en los pequeños vasos explican, al menos en parte, la pobre respuesta a los antidepresivos en estos pacientes.
Introduction: Chronic renal failure prevalence is increasing worldwide. To correctly treat mood disorders in this population, it is imperative to make a correct differential diagnosis and to take into account all the complex interactions between psychosocial and biologic issues. Method: To review the literature concerning mood disorders in the dialyzed population. Results: The most prevalent psychiatric conditions found in this group are anxiety and depression. The clinical assessment of the former is complicated by its symptomatologic overlapping with cronic renal failure. This could explain why many studies show different prevalence rates, depending on the scale used, its way application and diagnostic approach. Conclusions: The management of patient in dialysis must include multidisciplinary teams whose psychotherapeutic strategies taking into account individual, family and the systemic interactions that are generated within the dialysis unit. Additionally, it is important to consider the vicious circle between depression, anxiety, cognitive impairment and cerebrovascular disease. The condition could be much more complex than initially thought, with permanent injury to small brain vessels that would explain, at least in part, the poor response to antidepressants in these patients.