Objetivo. Evaluar la preferencia de las familias por la vestimenta del pediatra en la consulta ambulatoria en un hospital de la comunidad. Población, material y métodos. Se seleccionó a las familias que concurrieron a los consultorios externos para control en salud o consulta de demanda espontánea, durante cinco días hábiles consecutivos, de 9 a 20 h. Se excluyeron aquellos que consultaron en alguna especialidad pediátrica. A cada familia se le mostró una serie de cinco fotos de un médico en la misma posición y actitud, pero con diferente vestimenta. Junto con esto se les realizó una encuesta de ocho preguntas, llevada a cabo por un estudiante avanzado de la carrera de medicina. Se utilizaron dos series de fotografías, una de un hombre y otra de una mujer, con cambios de vestimenta equivalentes (ambo de guardia, ropa formal con guardapolvo y sin él, ropa informal con guardapolvo y sin él). La aleatorización de la serie de fotografías masculinas o femeninas se determinó por el número de admisión. En las encuestas se preguntó qué médico pediatra elegirían, tanto las familias como los niños mayores de 6 años, en forma independiente. También se preguntó qué médico no elegirían y si la vestimenta del pediatra les parecería un factor importante en su elección. Para el análisis de los datos, se confeccionó una base de datos con el programa stata 6.0. Resultados. Se efectuaron 355 encuestas, el 49,5% de las familias recibió la serie de fotografías femeninas, mientras que el 50,5% restante, la serie masculina. El 82% de los padres eligió una vestimenta que se identifica con la atención de la salud (ambo o guardapolvo), al igual que el 79% de los niños. En la elección del pediatra, el 50% de los padres refirieron que la vestimenta era muy importante o moderadamente importante, mientras que el 50% restante opinó que era poco o nada importante. El 88% de los niños contestó que no elegiría a un pediatra que no usara guardapolvo. El 59% de los padres manifestó que la vestimenta elegida se asemejaba a la de su pediatra, mientras que el 41% prefirió una vestimenta diferente. Conclusión. Los adultos acompañantes y los niños mayores de 6 años prefirieron a los pediatras que utilizaban un atuendo identificado con la atención en salud; asimismo, no eligieron a los pediatras que estaban vestidos con ropa de calle.
Objective. To assess preferences of families attending to an outpatient setting at a community hospital about pediatricians attire. Population, material and methods. Families attending an outpatient facility for well-child visits or spontaneous demand during five consecutive days, from 9 am to 8 pm, were selected. Those who consulted a pediatric subspecialty were excluded. A series of five photographs with a doctor in the same attitude, but with different clothing was shown. A questionnaire with eight items was administered by an advanced medical student. Two series of photographs were used, one of male doctors and other of female doctors with equivalent changes of clothing (white lab coat, formal clothing with and without white coat, informal clothing with and without white coat). The randomization of the series of male or female photographs was determined by admission number. The questionnaire asked families and children older than 6 years which pediatrician they would choose. They were also asked which paediatrician they would not choose, and if the pediatrician’s attire was an important issue for their selection. Stata 6.0 program was used for data analysis. Results. 355 questionnaires were completed (49.5%) of the families received the female photograph series and the remaining 50.5%, the male series. 82% of parents chose an attire related with health care (white lab coat or jackets) as did 79% of the children. Considering the election of the pediatrician, 50% of parents considered that the attire was very or moderately important, while the remaining 50% told that it was of little or no importance at all. Eighty eight per cent of the children answered that they would not choose a paediatrician that did not use a white coat. Fifty nine percent of the parents stated that the chosen attire was similar to the one their pediatrician used, while 41% preferred a different attire. Conclusion. Parents and children older than 6 years preferred pediatricians using an attire related to health care and they did not choose pediatricians dressed with street clothes.